❝ Jaemin siempre tiene un cigarro entre los labios. Renjun siempre tiene un caramelo en la boca. ❞
Jaemin tiene apariencia ruda e intimidante, siempre vestido de negro, con una chaqueta de cuero en sus hombros y un cigarro entre los labios. Jaemin p...
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—¿Le vas a hablar? —Preguntó Jeno robandole una papa a Jaemin quien le dio un manotazo para que dejara de hacerlo.
—Sí.
—¿Que le dirás? —Habló con la boca llena.
—Solo quiero preguntarle porque me vio la cara de idiota.
—Es que la tienes —Rió codeándole ganándose un codazo por parte de Jaemin—. Un idiota prepotente.
—Cállate y sigue comiendo. —Rodó los ojos bebiendo de su gaseosa.
Se mordió el labio nervioso, no sabía exactamente qué le iba a a decir a Renjun, quería saber porque le había mentido, pero no quería ser brusco —algo imposible para Jaemin, siempre era algo venenoso con sus palabras— y en realidad eso le mantenía aún más aturdido y nervioso. ¿Por qué le preocupaba si quiera ser brusco con Huang? no quería saber la respuesta ya que le pondría los nervios más de punta.
Le dio una mordida a su hamburguesa y dándole un último manotazo a Jeno posó su atención a la puerta del comedor, que era abierta por Renjun y su grupo de amigos, aquel grupo que genuinamente brillaba por la sonrisa de Renjun quien ahora le sonreía y ondeaba su mano en su dirección, devolvió el gesto con la misma sonrisa, viendo desde la distancia a Renjun e inconsistentemente siguiendo sus pasos.
—¿Te gusta Renjun? —Jeno rompió su atmósfera de tranquilidad hablando casi a su oído.
—No, claro que no. —Lo miró indignado, aquello sonaba tan descabellado en su cabeza que no pudo evitar reírse.
—Parece que si, lo sigues con la mirada a todos lados —Codeó moviendo sus cejas molestándolo—. Serían un bonito contraste, tú todo malote y él todo un pastelito de vainilla.
—Ajá. —Rió nuevamente rodando los ojos y dándole otra mordida a su hamburguesa.
—Los polos opuestos se atraen.
—En la ciencia, en magnetos, nosotros somos personas.
—Por leerte un par de conceptos ya te crees un gran físico, ¿ah? —Rió—. No te hace daño admitir que por lo menos Renjun te atrae.
En realidad le hacía daño a su orgullo, no era una mentira que Renjun fuese una persona completamente bella que podría tenerte a sus pies cuando quisiera, pero todo en Renjun era lo que siempre Jaemin había rechazado.
Ya que todo ese brillo, amabilidad y dulzura siempre le daban mala espina, las personas muy buenas siempre solían usar una máscara, claro que no sabía si era el caso de Renjun, pero había logrado desconfiar de cierta forma de él por el secreto de su primo y en cómo lo había estado ayudando para que se acercara a él.
—Acaba tu hamburguesa que necesitamos ir al salón para el examen de física.
—Sí apruebas ese examen te compro el almuerzo todo el año.
