#17: Fuerza de voluntad

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(Este es el último capítulo de esta parte de la historia que no será narrada por Lance, pero será narrada por Amanda)

Narra Amanda:

Abrí los ojos lentamente mientras trataba de asimilar lo que pasaba. Estaba tirada en el piso, inmóvil, sin ninguna forma de moverme. O al menos eso creía. El lugar donde estaba era oscuro y frio. Llegué a pensar que estaba muerta. Poco a poco recuperé mi movilidad y me senté:

-¿Lance?- pregunté al vacío, pero solo el eco de mis palabras me respondieron -¿Lance, donde estas?-

Mientras más consciente estaba, mas recordaba lo que había pasado... ¡Claro! ¡Lo recordaba todo ahora! ¡Había caído por que el suelo se derrumbo bajo mis pies! Lance no se había regresado a salvarme... Que poco caballeroso.

Volteé a diferentes direcciones para buscar una salida. El lugar estaba casi a oscuras, una débil lucecilla proveniente de no sé donde era lo único que iluminaba el lugar. Visualicé mi mochila a y la katana que me había comprado a lo lejos. Camine a tientas para tomarlas. Tenía hambre, por lo que saqué un sándwich de mi mochila y le di una mordida:

-Vaya...- dije en voz baja -En estos momentos me gustaría estar en casa, viendo la televisión ¿Quién me manda a meterme en estos embrollos?-

Termine el sándwich, me colgué la mochila, enganche mi katana y me puse a buscar la salida de ese lugar. Debía reunirme con Lance y los otros lo más rápido posible, además de mantener bien vigilada a esa Cynthia ¿Qué se cree que por ser compañera de Lance puede ganarse su corazón? Ya quisiera ella.

Caminé y caminé. EL pasillo era eterno. Algo que odie de Springs Lobby era eso, sus pasillos eran gigantescos y nunca acababan. ¿Qué demonios estaban pensando los ingenieros cuando diseñaron este lugar? "Vamos a hacer los pasillos sumamente grandes para que cuando las personas vengan se harten de caminar y se larguen". Un método de seguridad aun más efectivos que los láseres. Reí para mis adentros. Por Dios Amanda, ¿Qué estupideces estas pensando?

Seguí caminando, hasta que escuché unos pasos que venían de frente hacia mí. Pero no eran pasos rápidos, si no lentos y con ritmo constante, como si cada cierto tiempo tuviera que dar un paso. Tomé la empuñadura de mi katana. Estaba lista para lo que fuese

La figura fue tomando forma. Era una chica con pelo rubio y corto hasta los hombros, muchas cicatrices en la cara y vestía algo así como un abrigo. Su expresión no mostraba mucho sentimiento y su tono tanto de piel como de cabello parecía demacrado y gris:

-¿Quién eres?- pregunté confundida

-Mi nombre es Zindybella Voskovitch- me respondió con una voz seca y apagada -Soy hermana de Alisa Voskovitch-

-Un momento... ¿Eres hermana de la chica loca de pelo rosa?- pregunté alarmada

-Si- ella dio dos pasos al frente -Ella es mi querida hermana. Y ahora, tengo por encargo de Lord Angel, tengo que destruirte-

-¿Destruirme?- dije poniéndome en guardia. La verdad no estaba muy segura si lo estaba haciendo bien, solo puse mi espada enfrente de mí, lista para cualquier ataque. La chica esa, Zindybella, se corrió hacia mí, pero corría muy lento. Juro que hasta mi abuela corría más rápido... Y no era broma:

-¿Es en serio?- dije bromeando

-No me subestimas, niñata- dijo mientras se acercaba a mi y levantaba su espada para golpearme (su katana se parecía mucho a la mia) Debido a sus lentos movimientos, logré poner una defensa, pero en cuanto el filo impactó contra mi espada, un intenso peso cayó encima. Es como si la chica pesara toneladas. No pude quitarme a la chica de encima. Para cuando ella se quitó, mis pies estaban enterrados en el suelo:

Los Mensajeros de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora