Capítulo 8: Preparación

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Rumi espero a que su hermano pelirrojo se quedará dormido igual que sus otras hermanas para llevar a cabo su plan, de puntillas, se dirigió a la habitación donde estaba Shōta y Nemuri, la alfa estaba dormida entre unos costales de harina tal vez y era lo que quería creer que era mientras que Shōta estaba dormido pero estaba de cabeza

—(¡¿Que Evanzsh es tonto?! ¡si pones a alguien de cabeza por mucho tiempo muere!)—

Rumi se apresuró en ir a desencadenar a su hermano menor de cabello negro y piel pálida, trataba de no hacer mucho ruido con las cadenas

Al terminar de soltarlo lo cacho en brazos para no hacer ruido, Shōta abrió sus ojos de golpe pero antes de que pudiera decir algo la peli blanca le tapo la boca

Shhh! ¡¿quieres que nos maten?! te voy a sacar de aquí, no están en condiciones de correr, así que primero te sacaré a ti, volveremos por los demás después

Shōta no entendía por qué lo estaba ayudando, su hermana mayor lo llevo hasta afuera de la cabaña y lo subió a su auto, hecho esto ella se subió y con cuidado de no alertar a nadie comenzó a conducir

La niebla ya se había más o menos así que sin problemas podía ver

—¿Te sientes bien?— pregunto

—....—

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—Oye Sho, ¿te sientes bien?—

—Eeh....si...¿por?—

—Es que estás muy pálido jaja!— Rumi se comenzó a reír de su hermano, el azabache quien tenía 12 años se cruzó de brazos enojado

—No le encuentro la gracia al chiste—

—Hay ya, que sensible— rodó los ojos y se fue de allí

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—Si vas a hacer burla sobre mi piel, mejor ni preguntes, Rumi—

—N-no, no quería burlarme, s-solo quiero saber tu estado—

—...Rumi, no voy a caer— 

—Pero....de verdad, no me quiero burlar de tu piel, solo....solo quiero saber cómo te encuentras—

—¡¿Y tú cómo crees que estoy?! ¡perdí a uno de mis tesoros, mi alfa y mis amigos están secuestrados, Shoto mi sobrino está secuestrado también y Katsuki igual! ¡¿cómo crees que estoy, Rumi Aizawa?!—

—.....—

—¡Por qué hacen preguntas tan obvias si la respuesta es clara!— suspiro y se recargo en el asiento

—Yo.....— se aclaró la garganta —debes tener hambre, pero se que no confías en mí, así que, te deje un chocolate atrás, eso....servirá para levantarte, también una lechita y una dona—

—Si, una dona mordisqueada—

Sin tener opciones y sin querer volver a perder el conocimiento se comió lo que Rumi le había dicho sintiéndose ya mejor

Rumi paro en una gasolinera, Shōta entro al baño y suspiro ya dentro, se sacó el suéter que llevaba, solo traía un top negro, se amarro su suéter a la cintura y rompió su pantalón haciéndolo un short

Gracias a sus garras había podido hacer una cortada perfecta, traía unos tenis, eso era bueno ya que no se vería bien con botas

Se amarro el cabello y enjuagó su cara y boca sacudiendo la cara para luego secarla con papel, salió del baño, Rumi traía comiendo una barrita energética

—Wow, ¿traías un cambio de ropa?—

—Aaah— suspiro —no, solo el top, mi pantalón lo rompí, tenía calor—

—Y....¿algún plan?—

—Si, pero tú, no estás incluida—

—Pero-

—¡Pero nada! la última vez terminamos todos secuestrados por tu culpa y por las otras dos serpientes lenguas de anaconda!—

Rumi agachó la cabeza, Shōta se subió al auto y le dijo que se subiera pero a su lado ya que no confiaba en ella para que conducirá, si ella conducía tal vez lo llevaría a una trampa

Pero tampoco iría atrás, si iba atrás fácilmente lo podría atacar por detrás y el no se podría defender, de lado también tenía sus desventajas peor la probabilidad de morir era de menos

Shōta condujo hasta su casa y a Rumi la esposo al auto, Rumi no dijo nada, tenía la mirada perdida en el vacío de fuera

—Más te vale no hacer una estupidez— dicho esto se bajó del auto

Abrió la puerta de su casa donde Mitsuki y Masaru quienes cuidaban de los gemelos miraron tras de el esperando ver a su cachorro

Con vergüenza, Shōta contó lo que había sucedido

—¡Hay dios mío! ¡entonces hay que-

—No, no, no, yo lo traeré de vuelta, pero necesito unas cosas, y es que, no conocen a mi hermano, está demente—

Shōta se puso de puntillas rebuscado algo en la repisa superior

—¿Pero como pudo atrapar a Izuku? es...un fantasma—

—Hay quirks, y uso una amenaza supongo yo para atraparlo— sintió algo y sonrió, era un botón, lo presiono y se abrieron las paredes dando a un cuarto secreto con armas

—Mamá....¿eso ya estaba allí?— Mirio se asomo

—Mhm, desde que la casa se hizo—

Shōta tomo un par de cosas y las guardo en una mochila

—¿No necesitarás ayuda?—

—No, estaré bien— tomo unos guantes que hacía tiempo no usaba, esto tenían un metal en los nudillos lo suficientemente duro como para dejar noqueado a una persona de un solo golpe o incluso destruir metal, los guantes eran sin dedos

—Mami...—

Shōta se dió la vuelta y cerro las paredes nuevamente, se agachó

—Lo siento mis pequeños— abrió sus brazos —pero debo irme—

Los dos menores con lágrimas resbalando de sus mejillas corrieron a abrazar a su madre

—¡Perdón mamita! si nunca hubiéramos hecho esa apuesta esto no hubiera pasado!— sollozo Hitoshi apretando el top de su madre

—Ya, ya, no hay por qué llorar, todo está bien, no estoy enojado— queria llorar, pero no lo aria, al menos no fente a sus cachorros, no queria alarmarlos

Shōta beso a sus cachorros en la frente y les dió un último abrazo antes de irse dejándolos a cargo de Masaru y Mitsuki

El azabache subió al auto nuevamente dejando la mochila en el espacio entre los asientos, la morena miro la mochila de la cual sobresalían armas, miro a su hermano quien respiraba profundamente

—¿No crees que es demasiado?—

—¿Sabes Rumi-san? hay una gran diferencia entre tu y yo— se abrochó el cinturón —y es que yo lo conozco, tu no— encendió el auto comenzando a conducir

๑♡Fantasma de halloween♡๑ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora