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Ya pasaron los días, y Gojo y yo mutuamente no nos dirigíamos la palabra. Ya sea para no levantar sospechas ante nuestra relación. Por las noches entraba por mi ventana y dormía conmigo por unas horas. Mi relación con el estaba creciendo y volviéndose más fuerte.
Pero las noches que Satoru no venía... soñaba con el.
Sukuna.
Abres los ojos y nuevamente viste esa enorme ventana con unos árboles encantadores. Comenzaste a mover la cabeza buscándolo, pero no estaba. Por un momento te preocupaste. -Sukuna?? Donde estas?-
Con los segundos tus movimientos se veian más desesperantes.
Sukuna coloca dos de sus brazos en tus hombros y con los otros dos en tus brazos. -Te estabas desesperando?-
Te espantas y levantas la mirada -Donde estabas?-
Sukuna te suelta y se sienta en el suelo para comenzar a mirarte -Esta es mi expansion de dominio, no ire a ninguna parte.-
Educadamente te sentaste en el suelo sirviendo un té a Sukuna. -hoy no me quitaras un brazo verdad?..-
Anteriormente Sukuna te había roto un brazo y cortado a la mitad luego de que le dieras una orden.
Sukuna lentamente toma el té que le hiciste. -Dependera de mi humor.-
Sonreíste levemente -Eres un testarudo... dime gracias por el té.-
Sukuna en silencio por unos segundos mirándote, proceso tus palabras y rodó los ojos con asco para luego suspirar. -De nada.-
-EEEHH!???- te vas encima de sukuna a golpearlo. -ERES UN MALDITO GROSERO-
Sukuna sin alguna emoción solo alejo el té con uno de sus brazos para que no te quemarás con el agua hirviendo. -Nisiquiera me duelen tus golpes.-
Alzas la voz -AHORA PIDEME PERDÓN-
Sukuna se sigue dejando golpear con una pequeña sonrisa. -Te perdono.-
Suspiraste y no te quedó de otra que no decir nada más. Sukuna coloco un brazo suyo detrás de tu espalda mientras te observaba.
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