Un cadáver extraño.
Un mito hecho realidad.
Una fiesta en el bosque.
Y un encuentro de vida o muerte.
¿Qué harías si la única opción que tienes para salvar a la persona que amas cambia todo?
•••
«Reconocía esa voz, sabía de quién se trataba. Era él...
N/A: Una de las canciones que inspiró esta historia es Nightmare de VICTON
Sus pulmones ardían por la falta de aire, sus piernas dolían deseosas por un descanso, los rasguños en su rostro y brazos le picaban y ardían, sus fuerzas se desvanecían a cada segundo; pero no podía detenerse, no si quería salir vivo de aquel bosque.
Sin embargo, con cada segundo que pasaba sus esperanzas de vivir disminuían, hacía rato que había perdido la noción de cuánto tiempo llevaba corriendo por el bosque ni si la dirección que había tomado era la correcta.
Su único pensamiento desde que escapó de aquella mansión era huir.
¿Por qué entró a esa mansión aun cuando todo parecía ser escalofriante?, ¿Por qué había confiado en él cuando todos le dijeron que no lo hiciera?
-¡Dongmin! ¡¿Dónde estás?! -gritaron en alguna parte de aquel oscuro y tenebroso bosque.
Reconocía esa voz, sabía de quién se trataba. Era él... lo había hallado.
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Una semana antes...
-¿Has terminado ya con la autopsia, Dongmin? -preguntó el joven oficial de ojos felinos que acaba de entrar.
-Acabo de terminar, Bin, estaba a punto de llamarte -respondió, extendiéndole un par de guantes de látex y el informe que había redactado para él.
-¿Qué encontraste?
Bin caminó detrás de él hasta el cuerpo que aún descansaba sobre la mesa de autopsias. Dongmin se colocó también sus guantes y empezó a contar sus descubrimientos.
-Al principio no había nada extraño, parecía ser solo un asalto común, sin mucho que destacar -comenzó su explicación-. Hasta que comencé a revisarlo más a profundidad y vi algo anormal. Estoy seguro de que pensarás que estoy bromeando, yo también lo creí así, pero no logro hallar otra explicación a estas marcas.
Señaló varios orificios diminutos repartidos por varias partes del cuerpo; un par en el cuello, otros tantos por los brazos y muñecas, unos cuantos más en el pecho y piernas.
-Pensé que podrían ser causados por alguna aguja, que quizá podrían haber utilizado algún tipo de método de tortura nuevo en donde picoteas todo el cuerpo en zonas dónde se encuentran las venas, pero medí las distancias entre algunos porque parecían estar agrupados -lamió su labio y continuó señalando y explicando sus hallazgos-. Y tenía razón, están agrupados y son simétricos, Bin, están a la misma distancia uno de otro, como
-Como si fueran mordidas -completó la frase, inclinándose para observar mejor, con una pizca de sorpresa-. ¿Son de algún animal o algún insecto?
-No, y eso es lo más extraño, ninguno fue causado por un animal o insecto, fueron causados por un humano.
