Mejores amigos es un término demasiado simple para aplastar toda la dinámica interna de Dazai Osamu y Nakahara Chuuya.
Claro, se conocen desde que eran niños, y son el número uno del otro en sus listas de mejores amigos en Snapchat, y a Chuuya se le...
Hola Hola es Yūhi, en una nueva traducción, aquí tienen el capitulo dos.
Y les cuento que voy leyendo esta historia con ustedesjsjs, mediante la traduzco y wow !Me encanta! <3
pero a fin de cuentas, no olviden darle su apoyo al autor original @milwritescausaporqueno en Ao3, tiene muchas mas buenas historias.
Ahora si disfruta el capítulo :)) <3
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"¿Estás listo?" pregunta Dazai.
Chuuya pone los ojos en blanco y se pone su máscara negra, mirando la sonrisa en los labios del moreno antes de que se oculte detrás de su propia máscara negra. "Me preguntas esto cada vez", dice, su voz un poco apagada detrás de la tela. "Cállate y hagámoslo".
"Tal vez tu madrastra tenga razón", continúa Dazai, y aunque Chuuya no puede ver su boca, sólo sabe que está sonriendo. "Soy una mala influencia para ti".
El pelirrojo lo mira fijamente. "Sí, no me jodas. Nunca solía robar antes de que mencionaras el tema."
Dazai se ríe. "Lo sé", afirma simplemente. Se dirige a la tienda, con las luces encendidas debido a que el sol se había puesto hace media hora y las puertas de entrada del nuevo negocio están cerradas. "Vamos, mi pequeño cómplice".
"Cállate", suspira Chuuya, y luego sus ojos se posan en la bolsa de plástico arrugada que Dazai saca de su bolsillo. "Oye, ¿qué carajo? Eso es barato..."
Pero todo lo que Dazai hace es sonreírle antes de salir corriendo a la tienda.
Chuuya se queda estupefacto en el acto por un segundo.
Pero luego, al segundo siguiente, su sangre se acelera y no puede evitar sonreír.
Que puta trampa.
Chuuya entra corriendo a la tienda detrás de Dazai. Como era de esperar, el moreno ya ha causado caos, artículos esparcidos por el suelo, los cajeros y empleados en una tormenta de nieve, sin saber qué hacer cuando alguien está corriendo y robándoles de manera muy obvia .
Uno grita: "¡Detente! ¡Detente ahora mismo!" y otro grita: "¡Llamamos a la policía!"
Su caos funciona a favor de Chuuya, porque logra deslizarse por los pasillos fácilmente mientras persiguen a Dazai, y rápidamente mete toda la basura que puede ver en sus bolsillos y brazos, con una sonrisa en su rostro, la sensación de pura emoción recorriéndolo. sus venas como de costumbre. La adrenalina siempre hace que la situación sea cien veces mejor.
Un cajero que está patinando detrás de Dazai de repente se detiene en el pasillo de Chuuya y mira boquiabierto al niño que tiene una pila entera de bocadillos en sus manos en forma de montaña. "¡Tipo!" grita el hombre, levantando un brazo para señalar al pelirrojo. "¡Hay otro niño aquí! ¡Otro más!".
