¿Somos multitud? |JUJUTSU KAISEN| Gojo Satoru x Geto Suguru [Wang_Puppy7]

Capítulo 1

Cuando se conocieron fue amor a primera vista. Satoru habia caído rendido a los pies de Suguru, juro dar la vida por el y hacerlo feliz eternamente. Sus lobos eran destinados, algo poco común de ver, el un alfa de clase especial y Geto un omega dominante. No tardaron mucho en casarse, como provenían de clanes de renombre fue todo un espectáculo y pese a que ninguno le gustaba esa llamativa atención se dejaron ser y entre mas pronto estuvieran unidos mejor.

Así como su boda fue una gran noticia, el echo de que no pudieran tener hijos fue otra para la desgracia de la pareja.

Al ver que los bebés no llegaban pese a todo los intentos no les quedó otra que consultar con un profesional, al parecer el cuerpo de Suguru tenia un problema y eso les impedía concebir. Obviamente se vieron devastados, en especial el omega, para Satoru no era ninguna prioridad tener hijos pero para Suguru era un anhelo.

Ver a su pareja tan destrozado fue duro. Odiaba verlo asi, le hubiera gustado que le digan que el problema era el y no el azabache.

Pero una noche ocurrió lo inesperado. Su padre, Gojo Akihiko, pidio por su ayuda en una reunión con un reciente clan en la ciudad. No le quedó de otra que ir, como esperaba las cosas salieron mal y termino en una masacre de unos disques Yakuzas. Mientras deambulaba por la mansión llena de cadáveres a la espera del auto que lo llevaría a casa escucho unos sollozos que llamaron su atención.

En un cuarto oculto en lo que creía era la cocina había tres niños, de tal vez poco mas de dos años. Dos de ellos eran idénticos y el que lucia más grande los protegía con el cuerpo.

Satoru no supo porque, pero todo su cuerpo flageó y la tensión que traía por lo que había sucedido antes desapareció. Sus piernas cedieron y quedó arrodillado frente al trío. El pequeño peli-negro lo miro con miedo a principio, así que para tranquilizarlo sonrió intentado esconder las fuertes emociones que estaba teniendo.

—Hey... —Dijo suave.—, Soy Satoru, ¿Me pueden decir sus nombres y que hacen aquí?

Para lograr que confiaran más en el se sacó los lentes dejando a la vista sus ojos.

El niño con la marca en el rostro dudo pero aún así contesto.

—C-Choso...

—Que buen nombre, uno muy lindo para alguien muy valiente. —Alaga, y ver con ternura como un sonrojo invade la rechonchas mejillas.—, ¿Y ellos?

—Yuuji... —Responde girando levemente la cabeza hacia el pequeño de ojos de venado. Luego giro hacia el otro lado.—, Sukuna.

—Ya veo, son lindos. ¿Me quieres contar que hacen aquí?

—N-No... Ellos... Ellos se enojaran. —Niega con miedo.

—No, no, no... Esas personas ya no les harán daño, lo prometo, estoy para ayudar. —Satoru se acerca un poco, pero al ver que les asustaba, se quedó en su lugar y prefirió estirar la mano.—, Choso, te prometo que no les haré daño, déjame ver si Yuuji y Sukuna están bien, ¿Confías en mí?

El niño parece pensarlo mucho, Satoru no se veía como los hombres malos que les pegaban. Vio esperanza en los ojos color cielo del peli-blanco que le hablaba como nunca nadie antes lo hizo.

—E-Ellos... —Comienza a llorar el infante, dando paso torpes hasta Gojo, quien le toma las pequeñas manos con delicadeza.—, Ellos golpearon a Yuuji y a S-Sukuka... I-Intente, y-yo...

—Esta bien, está bien... Ya todo está bien. —Satoru lo atrae hacia el abrazándolo.—, Fuiste un buen niño Choso. Yo me haré cargo ahora.

Luego de consolarlos un poco y de que los gemelos lograrán tenerle confianza, tomo a los niños más pequeños en brazos y tapándole los ojos con una venda hizo que Choso lo tomara del pantalón y que lo siguiera. No quería que viera todo lo que había afuera de la habitación.