Abraham Maslow creó una pirámide que divide las necesidades humanas, desde las más básicas hasta las más complejas. Desde una perspectiva simplificada, podemos imaginarla como una serie de escalones que cada individuo puede subir para llegar a trascender en su propia vida. Lo interesante es que es muy difícil ascender si no has cubierto plenamente el nivel actual.
Las personas evalúan sus vidas basándose en los acontecimientos que experimentan en momentos específicos. Es ahí donde la palabra "años" entra en juego para medir nuestro progreso. Por ejemplo, recordamos que a los 10 años estábamos en el colegio o a los 30 estábamos trabajando en una empresa y así.
Si comparamos los acontecimientos con el café, coinciden en que hay algunos que son más intensos y potentes que otros. Por eso solo algunos momentos de nuestras vidas tienen más impacto que la suma de otros eventos juntos.
De ahí sale el valor que le das a tu tiempo.
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Llegar a trascender hasta la autorrealización puede tomar más de 90 años. Hay algunos personajes en la historia que lo hicieron en 33. Son pocos los que pueden vivir en completa paz y alegría estando en la tierra. Esos lograron encontrar el secreto de la vida.
Es necesario tener acontecimientos significativos para poder escalar. Los momentos más duros sirven para algo, son como llaves que abren puertas. Así como lo son las épocas más dulces. Pero si lo resumimos a lo más simple "no hay momentos buenos ni malos, solo momentos."
Hay personas que viven en la montaña, alejados de toda sociedad, y tienen una vida más rica que el mismo rey de Inglaterra. Con los limones que les tocó en la vida, pudieron hacer limonada. Por eso mi papá me dice que el recurso más valioso que tengo es el tiempo. Porque ha existido mucho antes de nosotros y continuará mucho después. Es una magnitud física que utilizamos para medir la secuencia de eventos en nuestras vidas, desde que nacemos hasta que morimos. Pero lo que ocurra después de ese punto continúa siendo una incógnita. Seguro habrá reglas y conceptos espirituales para medir el avance.
Las personas embriagas por obtener más reconocimiento, pertenencia y seguridad, arrasan con todo a su paso sin medir las consecuencias. Son esos que vuelven sus intereses personales en el problema de todos. Perdiéndose en niveles muy particulares, quizás tratando de encontrar algo olvidado o llenando algún vacío de la infancia, quién sabe. Y al igual que un adolescente obstinado por la pasión, es posible enamorarse del nivel actual, básico. Dejando de lado el correcto.
Hay varias maneras de cegarse. Sobre todo, si se alimenta de forma constante los deseos triviales. El placer instantáneo que nos regalan las grandes corporaciones nos hace dependientes, o adictos, a la dopamina. Como cuando a fin de mes te pagan un sueldo, es lo mismo. Regalo a cambio de tu atención. Tu tiempo. Económicamente hablando el mercado le pone valor a tu tiempo según la importancia de tu profesión.
Hoy por hoy, las distracciones están por todos lados y mientras más vas valiosa sea tu atención, más valioso será tu tiempo. Para lograr el propósito personal es necesario residir en los estados más elevados como lo son La paz, la alegría y el amor. O como algunos dicen, con la consciencia limpia.
Algunos optan por irse al bosque, a lo más profundo de la selva para poder escapar de las telarañas pegajosas del placer. Incluso ahí, metido en la selva, sin nada, tendrías que comenzar de nuevo en la pirámide de Maslow. No puedes construir una casa si tienes a un tigre persiguiéndote. Hay prioridades... Y depende de cada uno elegir las suyas.
Si tuviera que hacer una crítica a la sociedad, la mayoría estamos estancados en el primer nivel, el biológico. Si hubiera un -1 diría que hacia allá vamos.
Por último, si mañana el mundo explotara como un globo, es importante cuestionar si el valor de nuestro tiempo es el que le queremos dar. O si estamos caminando hacia la auto realización o santidad como lo dicen los religiosos.
El tiempo para mi seguirá siendo un misterio. Hay lugares que son una eternidad y duran muy poco, como quizás lo sea esta vida.
