━━━━━━ ❛ Solo quiero ser una de tus chicas esta noche ❜
[ Eros Rossi "Fey" fue el celebrity crush del supermodelo Suguru Geto ]
Suguru Geto mantuvo sus ojos en
Eros Rossi desde la primera vez que
lo vio, el flechazo fue instantáneo...
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Hace 4 años
Los modelos caminaron por la pasarela, la mujer en el escenario meneo sus caderas mientras cantaba sus éxitos, Eros observo detrás de bambalinas, dos pares de manos lo tocaban, un par se dedicó a acomodar su ropa y hacerlo ver lo más presentable posible, el otro se encargó de que el In-Ear en su oído funcionara junto al micrófono.
—Fey ¿Estás listo? —su representante y el de su mejor amigo, Yuji Itadori hablo, sus ojos dorados lo miraron con nerviosismo, Eros no podía culparlo, aquel era un gran evento, un evento que catapultaría su carrera a nivel internacional, mentiría si dijera que minutos antes no había vomitado en el baño por los nervios.
Su corazón martilleó contra su pecho de forma dolorosa, nunca había estado tan nervioso, alzo el pulgar sin tener las fuerzas suficientes para dar una respuesta verbal al chico.
—¿Quieres que volvamos a repasar lo que tienes que hacer? —el peli rosa pregunto intentando mantener una fachada de confianza que se desmoronaba con cada segundo que pasaba, escuchaba a la mujer finalizar canción tras canción, pronto sería el turno de que Eros saliera al escenario, y juntos cantarían la última canción, la que cerraría con broche de oro la pasarela.
—No hace falta, lo tengo, en el segundo verso que me toque cantar, el más largo, debo tomar a la modelo que caminara junto a mí, le doy una vuelta y coqueteo con ella ¿Cierto?
—Así es —el director de la pasarela, los interrumpió, sus ojos llenos de seriedad y profesionalismo cayeron sobre Eros, por su mirada ambos chicos pudieron darse cuenta de que no los quería allí —el nombre de la modelo es Mei Mei, pasará justo en el momento en el que el segundo verso comience, solo debes estirar la mano y ser encantador.
Eros les dio a ambos hombres una sonrisa, la estilista que ahora peinaba su cabello se alejó asintiendo para sí misma ante su obra.
—Deberías hacerte algunos tatuajes —le dijo, en un intento por relajar al veinteañero tenso —te quedarían bien.
—¿Tú crees?
—Uno en el cuello te quedaría fantástico.
Antes de que Eros pudiera contestar, el director se encontraba empujándolo hacia el escenario, la familiar pista que había ensayado sin parar durante semanas retumbo por los altavoces.
—¡Suerte! —escucho a Yuji gritar.
La mujer término su verso, un poco de la animada pista, sonó, inhalo y exhalo, una, dos, y tres veces, se aferró con fuerza al micrófono, lo llevo cerca de sus labios, y como si fuera un reloj sincronizado perfectamente canto.
—Oye mami, vuélvete loca —canto con aquella sonrisa ladeada que tanto lo caracterizaba haciendo que su único hoyuelo saliera a la luz —Aruñame la espalda y muérdeme la boca.
