Izuku "Vámonos A Marte"

Capítulo 4: Descubriendo un nuevo mundo

Izuku estaba acostumbrado a ser ignorado y menospreciado, pero en su interior, siempre llevaba consigo una chispa de esperanza. Su vida en la U.A estaba llena de desafíos y obstáculos, pero también estaba rodeado de personas que creían en él. Sin embargo, la sombra de su pasado aún lo perseguía.

Aunque había obtenido un Don gracias a All Might, sus maestros y compañeros continuaban tratándolo como si fuera inferior. Pero, a pesar de todo, Izuku encontró un refugio en la comida. La comida era su consuelo, su manera de lidiar con el dolor y la soledad.

Sin embargo, con el paso del tiempo, se dio cuenta de que su amor por la comida también era una fuente de miseria. Su cuerpo comenzó a sufrir las consecuencias de una mala alimentación y su confianza comenzó a desvanecerse. Ya no se veía a sí mismo como alguien capaz, sino como un chico débil y desesperanzado.

Fue en ese momento de vulnerabilidad, cuando decidió crear una identidad secreta. Bajo el nombre falso de Kevin Karl, Izuku comenzó a cantar en bares y pequeños locales. Sentía que al hacerlo, podrían apreciarlo por lo que era capaz de hacer, sin importar su apariencia o su Don.

Pero lo que Izuku no se esperaba era que sus canciones resonaran en los corazones de las personas. Su voz era llena de emoción y desahogo, transmitía todas sus experiencias y sentimientos. Poco a poco, la gente comenzó a seguirlo y a buscarlo en cada uno de sus conciertos clandestinos.

En uno de esos encuentros, una mujer llamada Sakura se acercó a Izuku. Ella era cálida y amable, y su sonrisa iluminaba su rostro. Sakura le confesó que había estado siguiendo su carrera como cantante y que sus canciones le habían dado fuerzas para enfrentar sus propios problemas.

La conexión entre ellos fue instantánea. Sakura comprendía el dolor y la soledad de Izuku, y juntos encontraron consuelo en su mutua compañía. Izuku finalmente sintió que tenía a alguien en quien confiar, alguien que no lo juzgaba por su apariencia o su Don,

A medida que su relación con Sakura se fortalecía, Izuku comenzó a encontrar el equilibrio y la confianza que tanto había anhelado. Poco a poco, comenzó a aceptarse a sí mismo y a darse cuenta de que su valor no dependía de lo que pudiera hacer con su Don.

El mundo de Izuku estaba cambiando rápidamente. Su carrera como cantante iba en ascenso, y su amor por la música se había convertido en una poderosa herramienta para inspirar a los demás. Con Sakura a su lado, Izuku empezó a tener esperanza en un futuro realmente brillante.

Aunque su madre y su hermana todavía no reconocían su valor, Izuku sabía que su verdadero poder residía en su capacidad para superar los desafíos y encontrar la felicidad en su propias acciones. Su viaje apenas estaba comenzando y él estaba listo para enfrentar cualquier obstáculo que se le presentara en el camino.

Continuará...