Capítulo 02 "Tengo dignidad"

12 1 0
                                    

Capítulo 02 "tengo dignidad"

Mi día se había basado en llorar, sin que nadie me viera, agradeciendo que mis padres estuvieran muy ocupados como para verme con esta cara

Al día siguiente me había quedado dormida temprano, así que me levante antes de que mi despertador sonará, eso significaba que eran las 5:30. Me arregle, desayuné, le di un beso a mis padres como cualquier otro día y me fui a clases, pero nada estaba igual, hoy era otro día, muy diferente, todos me miraban mal, pero no podía ser que todos se hubieran enterado eso era algo ... casi imposible o eso creía yo. Y no, me equivoqué, al darme cuenta que mi foto se encontraba pegada en los casilleros y paredes que conformaban el instituto, caminaba entre las miradas de la multitud, todas con desprecio para mi, mi dignidad había sido apaleada por miles de personas.

Aun lado de mi casillero, se ubicaba el de Emma, y si, allí estaba ella, con su cara de burla. abrí mi casillero, saque los libros y  cuadernos necesarios y la mire.

-Quisiera poder pedirte perdón, pero no tengo un porque.- le dije yendome, pero ella sujeto mi brazo-
-Me alegra al fin verte caer.- me sonrió.

-¿Que?.- dije indignada.

-Esto es lo que te mereces Rose, una miserable vida, te toca ser el cero a la izquierda, como yo lo fui por tanto tiempo.

-No eras un cero a la izquierda, al menos no para mi, pero ¿sabes que?, me alegra que esto pasará, no creo que me agrade la idea de saber que estuve más tiempo junto con la persona mas repugnante de este instituto, imbécil, a ver como lo llevas sin mi.- dije tratando de mantener mi dignidad.

Pero el resto del día continuo igual, nadie dejaba de hablar de mi, ni de mirarme y lanzarme asquerosos piropos, era el infierno para mi.

-¡Ya basta!.- exclame en la clase.- basta ya, dejen de mirarme y hablar de mi, dejen de el chismorreo, porque así se llama, muchos siquiera estuvieron en ese momento, para poder hablar de mi y asegurar lo que paso.- dije con un nudo en la garganta.

-El que Emma lo admite, lo basta.- dijo una de las chicas más calladas.

-¿Que diablos? Nunca hablas, y cuando abres tu boca es solo para decir pendejadas, ya cierra tu boca y concéntrate en ser alguien.- dije perdiendo los sentidos.

-Listo eso es todo, Rose Stevenson para la dirección.- dijo el profesor señalando injustamente hacia la puerta

Dentro de la dirección, esperaba sentada en las sillas, la directora había llamado a mis padres debido a mi "grave conducta". Luego de recibir una larga charla de mis padres sólo suspire esperando que fuera la ultima palabra

-Rose.- dijo mi papa esperando una respuesta.

-Papa, no tengo nada que decir ¿vale?.- dije furiosa

-Creo que es el momento.- dijo mi papa refiriéndose a mi mama la cual asintió.

-¿Qué pasó la noche anterior? Sabemos que te sentías cansada, pero eso no es lo que hemos visto el día de hoy en los pasillos de tu instituto.

Luego de unos segundos de silencio mi mama intervino

-¿Piensas hablar?.- dijo más sería de lo normal

-Ya lo vieron, no tengo nada más que decir.- dije

-Vamos Rose, porque te comportas así...- fue interrumpido

-Aún te lo preguntas, es obvio que la hemos malcriado, pero es hora de ponerle un alto a su actitud, desde hoy, dile adiós a tu celular, a tu portátil, y sobre todo, adiós a Emma.- dijo replicando con el dedo índice.

-Bien.- dije sin replicar

-¿Cómo?.- respondió impresionada

-Que estoy de acuerdo.

Lo mejor era que me alejara de el Internet, y era obvio que Emma y yo ya no íbamos a salir mas juntas, lo único que extrañaría sería mi blog, pero nada que una pluma y cuaderno no puedan arreglar.

------------------------------

Las semanas prosiguieron y cada día era peor, ya nadie se acercaba a mi, todos me miraban como un fenómeno, las burlas cada día eran más transparentes sin importarle a nadie lo que yo llegará a sentir, me dedicaba a salir bien en clases y mantener mi rendimiento escolar, se me era difícil, la mayorías de las tardes al llegar del instituto me encerraba una hora, sin poder parar de llorar, intentaba que mis padres no notarán mi angustia, pero un día mi papa decidió hablar conmigo 

-Rose.- dijo algo angustiado.- he notado que estas diferente, tu mama y yo nos preguntamos... -hizo una pausa.- si todo esto es por tu castigo

-No.- estaba decidida a decir lo que sentía, seguir ocultando mis problemas no me llevaría a nada.- no tiene que ver con eso, papa, ¿no se han preguntado porque siquiera he hablado con Emma?

-Si, pero suponíamos que lo hacías a nuestra espalda ¿no es así?

-No, la verdad, ella no me habla.- baje mi cabeza- el día de la fiesta...

Le conté cada detalle de ese día entre lágrimas, mi padre entendió todo lo que dije, se disculpo, aseguraba que sentía haber tomado decisiones contra mi, sin darme el derecho de la palabra

-Papá, no te preocupes, lo que hicieron fue para mi una ayuda, alejarme de el Internet, para no saber lo que las personas hablan de mi

-Se que en cuanto se lo digas a tu madre esta se arrepentirá mucho

-No.- le pare.- será mejor que no se lo digas

-Discúlpame Rose, te apoyo en todo, pero tu madre tiene derecho de saber acerca de esto, se que podrá darte una mejor ayuda que yo, recuerda que tengo que irme a trabajar, no pienso dejarte de esta manera.

Mis ojos se abrieron en acción de alerta y rápido respondo

-¿Cuando? .- al ver su cara supuse que no sabia de que le hablaba- ¿cuando te vas?.- pregunté con un ligero nudo en la garganta al cual  poco a poco me acostumbraba.

-Mañana.- respondió con poco aire y yo asentí.- ¿estas de acuerdo con que... -le interrumpi.

-Si.- dije mirando en sus ojos, observando cada detalle en ellos.- Te amo papá.- le dije con lágrimas.- por favor vuelve pronto

-Lo haré mi reina.- beso mi frente.- sabes que estoy esforzándome para subir de cargo y poder estar junto a ti.-

-Gracias..., por ser el mejor. -lo abrace.

Al finalizar el día, todo estuvo perfecto, el hablar con mi padre había hecho que soltará aquella preocupación que me consumía. A la mañana siguiente desperté, como cualquier otro día, sin recordar que estaba hundida, como si aquella noche jamás hubiera existido, desayuné junto a mis padres, le dedique un fuerte abrazo de despedida a mi padre y me fui al colegio, por primera vez iba con mi frente en alto, sin dejar que los rumores me arrebataran mi dignidad.

-Hola.- me dijo una chica junto a mi.

-Hola.- le sonreí.- ¿Alessia?

-Si, me puedes decir Sia (saia), es así como me llaman mis amigos.

Le sonreí, y hablamos durante la clase, una chica con la cual nunca había hablado de ningún tema en especifico más que los estudios, una chica que no se dejó influenciar de los rumores, y me acepto , aunque nunca la hubiese considerado una amiga.

-Sia, ¿te gustaría ir a mi casa en la tarde?

-Lo lamento, tengo algunas cosas que hacer ¿otro día va? .- me sonrió en forma de disculpa y yo solo asentí

Supongo que no me consideraba una amiga como pensé, quizás sólo tenía lástima de mi, como toda buena persona simplemente se acercó a charlar un rato no mas que eso. Al llegar a mi casa vi algunas cosas en el suelo, vidrios rotos y papeles en el suelo.

-¿Mamá?... -la llame varias veces, estaba preocupada, hasta que por fin la encontré, en la sala de estar hablando por teléfono, sus ojos lucían hinchados, con la máscara corrida, con el cabello alborotado; pude notar que hablaba sobre un vuelo ¿Londres?. Allí estaba mi padre ahora mismo seguramente. En el momento que tranco me miró.

Chica de PortadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora