El reemplazo perfecto - Danny Phantom

Prólogo

Convertirse en Danny Phantom, el chico fantasma y héroe de Amity Park, fue algo completamente surreal y accidental. El Fenton más joven nunca se le pasó por la cabeza que algún día sería un héroe adolescente con una doble vida cómo en los cómics o series de televisión, pero una vez que la realidad se asentó en su cabeza, un nuevo capítulo en su vida comenzó.

Puede que Danny en un principio haya considerado sus poderes como una maldición; un recuerdo amargo de su casi muerte tras el accidente en el portal de sus padres. Las consecuencias de tener dichos poderes a la palma de su mano en lugar de ayudarlo lo hicieron ver como un chico torpe y manso por todas las veces que dejó caer algo en los peores momentos posibles (sus pantalones incluidos), pero una vez que la señora del almuerzo apareció en su escuela, una vez que vio a sus compañeros y amigos en peligro... no. No había manera alguna de que Danny se quedara con los brazos cruzados cuando él tenía las capacidades para luchar, para defender a los necesitados.

Para proteger a las personas que le importaban.

A partir de ese día, a partir de aquella batalla, a partir de aquella victoria en el patio de su escuela; Danny Fenton, hijo de Jack y Maddie Fenton, dejó a un lado su vida de adolescente normal para convertirse en el héroe fantasmal que más tarde toda su ciudad terminaría necesitando.

Por supuesto, como Danny más tarde se dio cuenta, no todo terminó siendo color de rosa en su nueva doble vida. Arriesgar su propio futuro académico fue duro, terminar cansado y adolorido la mayor parte del tiempo por cada batalla lo fue aún más, pero saber que estaba arriesgando sus sueños, mientras la mitad de la ciudad lo veía como un criminal y no un héroe, fue demasiado desalentador como para preguntarse a sí mismo si realmente valía la pena seguir haciendo ese trabajo.

Danny no quería dejar a su ciudad sin protección. Ya se había demostrado innumerables veces que su presencia como Phantom era justa y necesaria para mantener a todos a salvo, pero los constantes ataques de fantasmas, las constantes mentiras hacia sus padres y la falta de tiempo para poder convivir con sus amigos como un adolescente normal, mientras veía y escuchaba el odio hacia su alter ego por parte de la gente, se lo pusieron muy difícil.

Tenía todas las razones para abandonar el papel de héroe, para regresar a una vida semi-normal, pero al final del día, al otro lado de la densa oscuridad, Danny siempre terminó recordando el porqué hacía todo en primer lugar.

Porque era lo correcto.

Danny había salvado su ciudad varias veces por diferentes fantasmas, había luchado contra el mismísimo rey fantasma, luchó y venció a una versión futura de sí mismo que terminó cayendo en la locura y logró frustrar los planes de su némesis/alcalde innumerables veces.

Todo parecía ir bien, incluso con los baches que tuvo que evadir para llegar hasta donde estaba actualmente, la vida de Danny llegó a una extraña monotonía, como si enfrentarse contra varios pulpos fantasmas de color verde neón de un solo ojo, mientras evitaba que sus propios padres le disparasen en la cara, fuera algo común de todos los días .

La vida de Danny Fenton fue extraña y caótica desde antes del accidente, ¿quién iba a pensar que la desaparición de una persona lo fuese a afectar tanto en lugar que una amenaza de muerte?

¿Tal vez porque fue algo nuevo y rompía por completo la monotonía en la que había estado atrapado por poco más de un año? Eso era una posibilidad ya que ahora tomaba las amenazas hacía su propia persona como una broma o le daba poca importancia.

Sam y Jazz definitivamente no se encontraron particularmente feliz por eso último.

Aunque, de igual forma, su obsesión podría estar infringiendo mucho sobre el cómo se sentía. Después de todo; Amity Park era su hogar, él era el protector principal de ella y de todos sus habitantes. Ver a alguien herido sacaba lo peor de Danny, que alguien a quien veía casi todos los días desapareciera de un momento a otro sin dejar rastro...