Obsesión Yandere - Más allá de todo ETSUKO SHIMIZU

Etsuko Shimizu Parte 13 - A MI AMADA

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Etsuko salió del sótano donde se encontraba Daiki y fue directo por su bolsa, ahí tenia algunas cosas que tomo de su habitación, unas tijeras y cuchillos de varios tamaños.

—Me gusta el sonido de ustedes cuando se afilan, me gusta sentir el frio del metal cada que los tengo que usar—dijo para si misma mientras observaba sonrojada la colección que tenía.

Se dirigió con eso en las manos de una manera tan calmada y dulce de regreso al sótano.

El chico estaba tan asustado que lo único que podía hacer era temblar, empezó a escuchar la risa de la chica y unos choques de cuchillos, lo cual lo asusto tanto que intento levantarse con toda la fuerza que pudo, lo cual hizo enfurecer a Etsuko, esta lo golpeo en la cara con la rodilla y lo acabo noqueando.

—Te dije que estuvieras quieto, pero no te preocupes ratoncito, todo acabará—Dijo con una sonrisa en la cara mucho más pronunciada y siniestra, además empezó a reír levemente hasta que salió una carcajada.

Acto seguido se empezó a escuchar el sonido clásico de los cuchillos chocando entre si, y en el piso del sótano empezó a escurrir sangre.

Pasaron unas horas y Urube-chan despertó en medio de la madrugada, algo le hizo abrir los ojos, en la penumbra solo se podía vislumbrar a Etsuko con una sonrisa grande y dientes afilados, además de unos ojos grandes y vacíos.

—Acabo de hacerlo Urube-chan, el ratón ya no nos molestará más, sus sonidos incomodos se acabaron por fin—dijo con voz más grave de lo normal.

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Ha pasado una semana y Etsuko ha cuidado tan bien de Urube que poco a poco se empezaba a sentir mucho mejor con los cuidados de la misma.

Etsuko siempre daba besos a Urube en la frente o en las mejillas lo cual la tenia muy feliz.

—Sabes Urube-chan tengo que darte algo muy especial una vez estés completamente curada de tus heridas—dijo alegremente después de cambiarle el vendaje a su amiga de una manera tan delicada.

—Etsuko, tu siempre has estado a mi cuidado, te agradezco lo que has hecho por mi en todo momento, ya puedo volver a hablar y mover la boca un poco más—dijo susurrando a su amiga mientras ambas seguían en la habitación 

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Lunes por la mañana y Urube había sanado de manera excelente, al punto de regresar a clases en la Universidad, lo único que quedo fue una cicatriz, la cual desaparecería con el tiempo.

—Eres hermosa Urube-chan, gracias a mis atenciones te has curado, te dije que siempre estaré a tu lado no importando la situación, ¿Puedes venir un momento conmigo?—dijo señalando una de las bancas de cemento del patio de la Universidad.

—Claro, ya sabes que yo para ti siempre estoy disponible—dijo alegremente.

Ambas chicas caminaron por los bellos jardines de la Universidad, hasta llegar a la banca y ambas tomaron asiento, la chica tímida se sentía intrigada y animada por estar de regreso, que disfrutaba más que nunca el aire fresco que le acariciaba el rostro.

—Sabes ¿Me gustaría ver a Daiki y darle la sorpresa de mi regreso, desde que perdí mi celular ahí se fue su contacto, lo bueno es que ya tengo otro nuevo y ahora sí los tres vamos a poder salir juntos y divertirnos mucho, Etsuko ya verás que Daiki te va a caer de lo mejor—dijo con una gran alegría.

Tanto Urube como Etsuko tomaron asiento tranquilamente y Etsuko se torno un poco preocupada, lo cual desconcertó a Urube por unos segundos.

—Urube-chan, Daiki murió, no quería decirte hasta que estuvieras curada—dijo calmadamente

En ese instante Urube quedo asombrada y desconcertada, se llevo las manos a su boca y le salieron algunas lagrimas.

Etsuko se quedó callada unos instantes, respiro profundo y volvió a dirigirse a su amiga.

—Parece que dejo una nota en la casa de sus padres diciendo que no estaba a gusto en esta ciudad y que regresaría de donde vino, esto destrozo a sus padres, los cuales los buscaron sin descanso, y además creo que se sentía muy culpable por lo que te había pasado, por lo mismo no hizo el intento por contactarte más—dijo afligida. 

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