Capitulo 3: "Una menos, Veinticinco más por ir." (Parte 2/2)

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Harry fue el primero en despertar, aunque eso era común. Incluso durante la semana para trabajar era el primero. Su cuerpo no lo dejaba dormir después de cierto tiempo. Era frustrante porque a veces sólo conseguía tres horas de sueño.


Eran las diez, lo más tarde que Harry se había levantado alguna vez, pero la noche anterior había terminado agotado. Había sido extraño por lo menos. Estar en el personaje había sido difícil. Había querido quitarse los colmillos en el mismo momento en el que se los pegó, pero viendo la cara de Louis, le hizo cambiar de opinión.


Toda la semana entera después de que Louis recogió la letra, Harry se había estado debatiendo entre ir a su habitación y acabarlo todo. Era estúpido. Uno de ellos podría salir lastimado al final de esto, pero Harry no quería terminarlo. Le emocionaba explorar esto... o lo que fuese con su mejor amigo.


No le avergonzaba decir que su mejor amigo era hermoso, él era impresionante, en verdad, tenía el cabello castaño y siempre se peinaba con el pelo todo revuelto, tenía el pelo más suave que el de Harry, y unos ojos azules en los que siempre se perdía, tenía un cuerpo pequeño pero bien tonificado, tenia buen físico, y Harry no lo podía negar, era sumamente sexy, además era inteligente y divertido. Era su mejor amigo. Era una parte importante de su ser. Louis estuvo allí cuando su abuelo murió, y cuando recibió su carta de aceptación para la escuela de sus sueños.


Harry fue a la cocina para hacer el desayuno, tratando de distraerse a sí mismo de la situación, pero había un picor inquietante en él que lo hacía querer ir a la habitación y coger la próxima tarjeta. Quería tener la oportunidad de impresionar a Louis y era difícil cuando la tarjeta tenía que ser escogida al azar. Aunque se detuvo. Sería injusto, además de que no había forma de que pudiese tomar la tarjeta sin despertar a Louis en el proceso.

Louis entró a la cocina veinte minutos después mientras Harry cocinaba la última tortita.

— ¿Son con chispas de chocolate? —preguntó Louis atontado.

—Síp, tus favoritas —replicó sirviéndole unas cuantas en el plato y tendiéndoselo. Él tomó unas para sí mismo y sirvió dos vasos de jugo de naranja para los dos.


— ¿Alguna vez duermes, Harry? —preguntó Louis entre un bocado de tortitas.


— ¿Y tú mamá no te enseñó a no hablar con la boca llena de comida? —Louis se burló, tragó y le hizo obscenidad con el dedo a Harry, al mismo tiempo.


—Qué caballero eres, Tomlinson.


—Dios, eres un idiota, Harry, y pensar que iba a traer el sombrero para que tomaras la tarjeta y no estuvieras lloriqueando todo el día, pero creo te haré esperar un poco más.


— ¡No, Louis, lo siento! ¡Déjame sacarla! ¡Por favor! —suplicó Harry, de rodillas. Vio el sombrero en las rodillas de Louis. Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que llevaba puesto. Todo lo que llevaba era un par de bóxers. Sonrió un poco; no pudo evitarlo. Es sólo que había algo increíblemente sexy en ese hombre.


—Te ves sexy con eso —dijo, masajeando su pierna izquierda.


—Sé lo que estás haciendo, Styles, no va a funcionar —trató de mantener la voz firme, pero esto le era difícil. Sus manos subieron más y Louis se estremeció cuando él rozó con sus dedos la parte posterior de su rodilla. Saltó un poco y Harry aprovechó la oportunidad para tomar el sombrero.


—Ah! Gané —animó, victorioso, agarrando el sombrero encima de su cabeza. Louis saltó de la silla y comenzó a saltar para alcanzar el sombrero. Harry sólo se quedó mirando divertido.


—Vamos Harold. Dame el sombrero. Te dejaré tomar la letra —negoció Louis, sonriendo malignamente. Sabía que ganaría. Harry dejó el sombrero en la mano de Louis.


— ¿Cómo supiste donde encontrarlo? —preguntó Harry mientras metía la mano en él. Pensó que había escondido el sombrero bien, pero Louis se las había arreglado para encontrarlo. Quiso encontrar la pieza más grande, pero Louis se las había arreglado para que fueran todas iguales.

— ¡Tengo mis maneras! —Harry alzó una ceja con curiosidad mientras sacaba una letra. Desplegó el papel, colocando una mano enfrente del papel, para que Louis no pudiese leerlo. Estudió el garabato desordenado.

¿Qué se supone que debo de hacer con esto? Se preguntó.

— ¿Es buena letra? —preguntó Louis, levantando su cabeza para echarle un vistazo al papel. Harry lo notó y rápidamente dobló el papel, asintiendo.


—Una menos, y veinticinco más por ir Tomlinson.


—A por todas, Styles.

Tentación incontrolable (Larry Stylison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora