La lucha entre un joven de corazón ardiente y un ser abandonado por la luz, luchan entre sí cerca de las vías de un tren descarrilado.
Un joven de un haori con un patrón de cuadros verdes y negros lloraba desesperadamente por ayudar...
¿Quién soy? No recuerdo nada. Solo recuerdo que he vagado por muchas lunas en estas tierras viendo como el tiempo pasaba y una voz llamando por un nombre, Nozomi Kondo... ¿Ese será mi nombre?
No sabía quién era, si tuve familia como los niños que pasean con sus padres por estos lares. ¿Acaso alguien me extraña?
Los golpes entre el hierro y la carne, se escuchaban a dónde estaba y eso llamaba mi atención. Decidí acercarme y al ver aquel cabello llameante, me hizo sentir calidez, ¿Cómo es posible esto? Pareciera que... Su alma era un faro para los perdidos.
Me acerqué a ver aquella batalla y puedo decir, que después de años sin sentir nada, podía sentir calor, desesperación, voluntad... Pero... Él... Daba esperanza...
Por primera vez rogué al cielo, que aquel chico ganara en esa batalla. Ya se le veía cansado, su ojo izquierdo estaba cerrado, su ropa y partes del cuerpo estaban cubiertos de su sangre. Quise intervenir, portegerlo, pero no podía, ¿Qué podía hacer? No sirvo para nada...
Me acerqué un poco más tratando de ayudarle, pero una presión muy fuerte, me hizo caer de rodillas y pude sentir un calor abrumador.
¡Respiración de la llama, última postura, Rengoku!
Vi un gran destello en él y de inmediato un gran fuego se extendía en el lugar. Quise detenerlo, tenía un mal presentimiento, y todo se rodeó en un gran pilar de fuego.
Un chico de cabeza de... ¿Jabalí? Y el chico del haori a cuadros, estaban expectantes al igual que yo para saber si había sobrevivido... Pero, al momento de que aquella nube de tierra y fuego se dispersara, el chico había recibido un impacto en el vientre....
Quise gritar de impotencia, pero la voz no me salía, era algo injusto ver tal atrocidad contra alguien tan noble.
¡Rengoku-san! ¡Inosuke, ve a ayudarlo!
Pude sentir su desesperación de aquel chico del haori. Su voz me hacía llorar, sentir impotente. Suspiré con lágrimas en mis ojos y me acerqué a él, ¿Rengoku? ¿Purgatorio? ¿No es un nombre raro para alguien como él?
Me arrdodillé a su lado rogando que su alma encontrara descanso, pero, su mirada decía que tenía mucho que hacer.
Mi mirada se desvió al del Haori quien gritaba entre lágrimas de impotencia ¡No huyas maldito cobarde! ¡Cobarde! ¡Regresa! ¡Nosotros luchamos en la oscuridad que a ustedes les favorece! ¡Rengoku-san no perdió, él ganó! Su desesperación era palpable y Rengoku, estando en sus últimos momentos, le habló al joven.
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Último Deseo
FanfictionY si... antes de morir, tuvieras un último deseo, ¿Qué pedirías? Los personajes de Kimetsu no Yaiba son propiedad de Koyoharu Gotouge. La personaje Nozomi Kondo es de mi propiedad.