capitulo 2

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Pov Pete

-No es necesario que llame. Entre directamente -me dice sonriéndome.
Empujo la puerta, tropiezo con mi propio pie y caigo de bruces en el despacho.
Mierda, mierda. Qué patoso... Estoy de rodillas y con las manos apoyadas en elsuelo en la entrada del despacho del señor Sumetikull ,y unas manos amables me rodean para ayudarme a levantarme. Estoy muerto de vergüenza, ¡qué torpe! Tengo que
armarme de valor para alzar la vista.

Madre mía, qué joven es.
-joven Jakapan -me dice tendiéndome una mano de largos dedos en cuanto me he incorporado-. Soy Wichapas Sumetikull. ¿Está bien? ¿Quiere sentarse?

Muy joven. Y atractivo, muy atractivo. Alto, con un elegantísimo traje gris,
camisa blanca y corbata negra, con un pelo rebelde de color pelinegro y brillantes
ojos grises que me observan atentamente. Necesito un momento para poder
articular palabra.

-Bueno, la verdad...
Me callo. Si este tipo tiene más de treinta años, yo soy bombero. Le doy la mano,aturdido , y nos saludamos.

Cuando nuestros dedos se tocan, siento un extraño y excitante escalofrío por todo el cuerpo. Retiro la mano a toda prisa, incómodo.
Debe de ser electricidad estática. Parpadeo rápidamente, al ritmo de los latidos de mi corazón.
-el joven Tinassit está indispuesto, así que me ha mandado a mí. Espero
que no le importe, señor Sumetikull.
-¿Y usted es...?
Su voz es cálida y parece divertido, pero su expresión impasible no me permite
asegurarlo. Parece ligeramente interesado, pero sobre todo muy educado.
-Build Jakapan . Estudio literatura inglesa con Code ... digo... Barcode ...
bueno... el Joven Tinassit , en la Estatal de Bangkok.
-Ya veo -se limita a responderme.

Creo ver el esbozo de una sonrisa en su expresión, pero no estoy seguro.
-¿Quiere sentarse? -me pregunta señalándome un sofá blanco de piel en forma de L.
Su despacho es exageradamente grande para una sola persona. Delante de los ventanales panorámicos hay una mesa de madera oscura en la que podrían comer cómodamente seis personas. Hace juego con la mesita junto al sofá. Todo lo demás
es blanco -el techo, el suelo y las paredes-, excepto la pared de la puerta, en la que treinta y seis cuadros pequeños forman una especie de mosaico cuadrado. Son preciosos, una serie de objetos prosaicos e insignificantes, pintados con tanto
detalle que parecen fotografías. Pero, colgados juntos en la pared, resultan
impresionantes.

-Un artista de aquí. Trouton -me dice el señor Sumetikull cuando se da cuenta de lo que estoy observando.
-Son muy bonitos. Elevan lo cotidiano a la categoría de extraordinario
-murmuro distraído, tanto por él como por los cuadros.
Ladea la cabeza y me mira con mucha atención.
-No podría estar más de acuerdo, Joven Jakapan -me contesta en voz baja.
Y por alguna inexplicable razón me ruborizo.
Bajo la cabeza, alterado por la dirección que están tomando mis pensamientos, y saco del bolso las preguntas de Code.

Luego
preparo la grabadora con tanta torpeza que se me cae dos veces en la mesita. El señor Sumetikull no abre la boca. Aguarda pacientemente -eso espero-, y yo me siento cada vez más avergonzado y me pongo más rojo.
Cuando reúno el valor para
mirarlo, está observándome, con una mano encima de la pierna y la otra alrededor de la barbilla y con el largo dedo índice cruzándole los labios. Creo que intenta ahogar una sonrisa.

-Pe... Perdón -balbuceo-. No suelo utilizarla.
-Tómese todo el tiempo que necesite, Joven Jakapan -me contesta.
-¿Le importa que grabe sus respuestas?
-¿Me lo pregunta ahora, después de lo que le ha costado preparar la
grabadora?
Me ruborizo. ¿Está bromeando? Eso espero. Parpadeo, no sé qué decir, y creo
que se apiada de mí, porque acepta.

-No, no me importa.
-¿Le explicó Code... digo... el Joven Tinassit para dónde era la entrevista?
-Sí. Para el último número de este curso de la revista de la facultad, porque yo entregaré los títulos en la ceremonia de graduación de este año.
Vaya. Acabo de enterarme. Y por un momento me preocupa que alguien no mucho mayor que yo -vale, quizá seis o siete años, y vale, un megatriunfador,
pero aun así- me entregue el título. Frunzo el ceño e intento centrar mi caprichosa
atención en lo que tengo que hacer.

50 sombras Sumettikul 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora