El resto de la semana me sumerjo en mis estudios y en mi trabajo en Clayton’s. 𝖢ode también está muy ocupado organizando su última edición de la revista de la
facultad antes deceder su puesto al nuevo responsable, y además también está estudiando para los exámenes.Hacia el miércoles se encuentra mucho mejor y ya no tengo que seguir soportando la visión de su pijama rosa de franela lleno de conejitos. Llamo a mi madre, que vive en puket , para saber cómo está y para que me
desee suerte en los exámenes. Empieza a contarme su última aventura:está aprendiendo a hacer velas.Mi madre se pasa la vida emprendiendo nuevos negocios.
Básicamente se aburre y necesita hacer lo que sea para ocupar su tiempo, pero le es imposible centrarse en algo mucho tiempo. La semana que viene será otra cosa.
Me preocupa. Espero que no haya hipotecado la casa para financiar este último proyecto. Y es pero que Bob —su relativamente nuevo marido, aunque es mucho mayor que ella— la controle un poco ahora que yo ya no estoy en casa. Parece mucho más responsable que elmarido número tres.
—¿Cómo te va todo, Build?Dudo un segundo,y mi madre centra toda su atención en mí.
—Muy bien.
—¿Build?¿Has conocido a algún chico?
Uf, ¿cómo se le ocurre? Es evidente que está entusiasmada.
—No, mamá, no pasa nada. Si conozco a un chico, serás la primera en saberlo.
—Build ,cariño, tienes que salir más. Me preocupas.
—Mamá,estoy bien.¿Qué tal Bob?
Como siempre, la mejor táctica es la distracción.
Esa noche, más tarde, llamo a Ray, mi padrastro, el marido número dos de mi madre, el hombre al que considero mi padre y cuyo apellido llevo.La conversación es breve. En realidad, ni siquiera es una conversación, sino una serie de gruñidos en respuesta a mis discretos intentos. Ray no es muy hablador. Pero es muy activo,
sigue viendo el fútbol en la tele (y cuando no está viendo el fútbol, juega a los bolos, pesca o hace muebles).Ray es un buen carpintero, y gracias a él sé diferenciar una espátula de un serrucho. Parece que todo le va bien.
El viernes por la noche Code y yo estamos comentando qué hacer —queremos descansar un poco del estudio, el trabajo y las revistas de la facultad— cuando
llaman a la puerta. En los escalones de la entrada está mi buen amigo José con una botella de champán en las manos.
—¡José! ¡Qué alegría verte! —Lo abrazo—. Pasa.
José es la primera persona a la que conocí cuando llegué a la universidad, y parecía tan perdido y solo como yo. Aquel día nos dimos cuenta de que éramos almas gemelas, y desde entonces somos amigos. No solo compartimos el sentido del humor, sino que descubrimos que Ray y el padre de José estuvieron juntos en
el ejército, y a partir de ahí nuestros padres se hicieron también muy amigos.
José estudia ingeniería. Es el primero de su familia que va a la universidad. Es un tipo brillante, pero su auténtica pasión es la fotografía. Tiene un ojo estupendo para hacer fotos.
—Tengo buenas noticias —dice sonriendo con sus brillantes ojos oscuros.
—No me lo digas: también has arreglado para que no te despidan… —bromeo.
Simula burlonamente ponerme mala cara.
—La Portland Place Gallery va a exponer mis fotos el mes que viene.
—Increíble… ¡Felicidades!
Me alegro mucho por él y vuelvo aabrazarlo. Code también le sonríe.
—¡Buen trabajo, José! Tendré que incluirlo en la revista. No se me ocurre nada mejor para un viernes por la noche que hacer cambios editoriales de última hora —dice riéndose.
—Vamos a celebrarlo. Quiero que vengas a la inauguración.
José me mira fijamente y me ruborizo.
—Los dos,claro —añade mirando nervioso a Code.
José y yo somos buenos amigos, pero en el fondo sé que le gustaría que fuéramos algo más. Es mono y divertido, pero no es mi tipo. Es más bien el hermano que nunca he tenido.Barcode suele chincharme diciéndome que me falta el gen de buscar novio, pero la verdad es que no he conocido a nadie que… bueno, alguien que me atraiga,aunque una parte de mí desea que me tiemblen las piernas, se me dispare el corazón y sienta mariposas en el estómago.
A veces me pregunto si me pasa algo. Quizá he dedicado demasiado tiempo a mis románticos héroes literarios, y por eso mis ideales y mis expectativas son excesivamente elevados. Pero en la vida real nadie me ha hecho sentir así.
Hasta hace muy poco, murmuro la inoportuna vocecita de mi subconsciente. ¡NO! Destierro de inmediato la idea. No voy a planteármelo, no después de aquella
dolorosa entrevista.
«¿Es usted Hetero, señor Sumetikull ?»Me estremezco al recordarlo.
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50 sombras Sumettikul 🔥
Romancebuild es un inexperto estudiante universitario a el que encargan una entrevista con el enigmático multimillonario bible wichapas Sumettikul. Lo que empieza como un sencillo trabajo pronto se convierte en un romance poco convencional. Dejándose llev...