"Todos los critican, pero nadie los escucha"

2.3K 25 1
                                    

1.Kenyik

¡Qué difícil es fingir que todo está bien!

¡Wow! Antes de contarte mi historia como muchas otras princesas y príncipes, quería decirte que me gusta mucho tu blog, eres de las pocas personas que escucha sin juzgar, ya que yo como muchos otros no hablamos de esto con los "normales" porque simplemente no entienden, no escuchan y para ellos eres un enfermo encaprichado, un tonto por hacer lo que haces, pero ellos no tienen la menor idea de lo que Ana y Mia significan en tu vida.

Hola, me conocen como Kenyik, tengo 21 años y llevo en esto cerca de 4 años. Mi historia no es tan diferente a los demás, yo no recuerdo como me inicié en esto, cuando reaccioné ya era parte del mundo de Ana y Mia. Yo toda la vida fui una chava gorda y amm... Siempre burlas, críticas. Ir a comprarme ropa - ¡lo odiaba! -mi mamá era de:

- ¡Mídete esto!

- ¿No te quedó?

-¡Señorita! ¿Me trae una talla más grande por favor?

Y todo el vestidor escuchando; era realmente humillante, mi papá también hacía lo mismo:

- Se te ve bonito, pero te ves llenita - ¡Ya no te sirvas más!

- ¡Párate! ¡Haz algo! ¿No ves cómo estás?

Y amm... Para anexar algo ¡Ningún niño se fijaba en mí! Todos decían: - Ah, es simpática, buena onda Nada más, no veían quién era yo.

Todo esto bajó mi autoestima a cero literalmente; era insegura, manipulable, me sentía horrible y no tenía voluntad. Pero todo eso cambió cuando mi papá se fue de casa. Me fui a una depresión total y comencé a tener actividades extra que me distrajeran: alemán, danza, ir al gimnasio. Para que cuando él volviera ya no me dijera "mi gordita". Todo iba bien, comía sano y todo eso pero no bajaba de peso, así que yo comencé con Mía; comencé a vomitar la mitad de lo que comía; después, todo lo que entraba a mi estómago. Llegué a purgarme hasta 7 veces en un día y combinado con esto, mis tres horas de ejercicio diario.

Comencé a perder peso, me di cuenta que funcionaba. Comenzaban a voltear los chavos, me decían piropos, perdía kilos y ganaba confianza y autoestima. Mi madre me llevó al nutriólogo para acelerar mi buen camino, pero ahí se acentuó todo. Como me pesaban constantemente, dejé de comer; ayunos completos por varios días y cuando caía, lloraba. En ocasiones he llegado a lastimarme - no me enorgullece para nada- pero me sentía tan repulsiva... Yo misma me daba asco. Mi madre sospecha que vomito, pero como trabaja todo el tiempo no hay forma de cerciorarse, muchos sospechan pero sólo es eso, sospechas.

A veces siento que ya no puedo más, estar escondiéndote, engañando a los demás fingiendo que todo está bien, pero nunca es suficiente. He pensado en salir de todo esto pero no puedo, me da miedo buscar ayuda y me he acostumbrado a ser quien soy, es triste vivir así, todos alaban tu exterior y no se dan cuenta de lo que sufres por dentro, un precio demasiado alto, que no sé si llegue a saldar... Pero ¿Cómo salir si he caído tan profundo?

2. María Fernanda

El eterno miedo a engordar

Bueno mi vida empieza así: Yo siempre fui una niña llenita y bueno yo antes era feliz, no me importaba; pero bueno, mi papá trabaja en otra cuidad y vino a quedarse de vacaciones por 2 semanas con nosotras y la verdad me hirió porque me puso apodos y se burlaba de que estuviera gordita ya que pesaba 62 kilos antes y media 155cm de estatura. Y bueno, me dijo cosas como: Vaca, elefante, gorda ó cosas como ¡Deja de tragar! Y así me fui poco a poco dando cuenta de que sí estaba subidita de peso. Pero eso no es todo, poco después me dijeron que tenía ovarios poliquísticos y que si no me cuidaba iba a subir muy rápido de peso, tenía mucha presión y luego una compañera me dijo que tenía que bajar, bueno, a ella no le hice mucho caso porque me cae mal pero todos me decían que estaba subiendo de peso, hasta que un día acepté que sí estaba gorda y bueno ya te imaginarás. Me metí a una dieta. Al principio no era tanta presión pero después solamente quería estar delgada, no me importaba nada hasta que mi mamá me dijo que ya tenía que detenerme y mantenerme. Yo le dije que sí, que poco a poco iba a ir subiendo pero después el sólo hecho de pensar en engordar me daba mucho miedo y comencé a contar mucho las calorías y si me parecían muchas me peleaba con mi mamá. Todavía lo hago de hecho a veces me siento mal pero no lo puedo evitar.

Historias de chicos con Ana y Mia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora