Dominant omega

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La cuestión es que Gojo Satoru es un imbécil. No es nada sorprendente, todos lo sabían, y tal vez por eso todos le preguntaron si se encontraba bien cuando su relación pasó de 'nos ayudamos mutuamente para sobrepasar nuestro celo' a novios, por muy tonta que fuera esa palabra, ya no eran niños, tenían casi treinta años; lamentablemente, Gojo insistió en usar esa palabra y Nanami, como la mayoría de veces, se dió por vencido.

Regresando al tema principal, existe un problema que empezaba a poner a Nanami demasiado nervioso e irritado: Gojo no se daría por vencido en intentar marcarlo. Ocurrió todo el tiempo en que tenían sexo, y ahora que habían formalizado su relación, no perdía la oportunidad de morder constantemente su glándula odorífera para formar un vínculo.

Pero eso era estúpido, el alfa debía saber que nunca se concretaría ese vínculo gracias a tener la bendición de nacer como un omega dominante, ¿porqué tenía que ser tan insistente entonces? ¿Alguna mierda alfa que se perdió en las clases de educación sexual?

La gota que colmó el vaso fue esa mañana.

Le asignaron una misión con Ino, principalmente para supervisar los avances del arduo entrenamiento de su compañero de trabajo. Mientras esperaban a Ijichi con el automóvil, Ino comenzó a parlotear sobre una panadería recién inaugurada cerca del lugar de su misión y Nanami se distrajo fácilmente con la plática, por lo que no sintió de inmediato la presencia de Gojo que se acercó detrás de él, agachándose y mordiendo su glándula.

Enfrente de Ino.

El pobre beta estaba sudando frío ante la cantidad de feromonas territoriales que Gojo le estaba dirigiendo, casi asfixiándolo.

Naturalmente, Nanami golpeó su costado —gracias a que Gojo se acostumbró a soltar su técnica alrededor suyo o podría haberse roto la mano— y por obra divina, Ijichi apareció en ese instante. El omega rápidamente se alejó de la escena del crimen, abrió la puerta del auto para dejar entrar al nervioso beta.

—¡Espera, Nanamin!

Entró al auto y le ordenó a Ijichi pisar el acelerador, por más inútil que fuera. Ino se sentó hasta la ventana, dejando un espacio entre ellos.

—Lamento haberte puesto incómodo, Ino-kun —suspiró, masajeando el puente de su nariz.

—No es nada, de hecho–

Antes de que pudiera terminar, su pareja se materializó en medio de ellos, sus largas piernas hicieron que lo apretara más a la puerta del automóvil.

Nanami comenzó a replantear todas sus decisiones, contemplando seriamente en comprar suéteres o playeras con cuello de tortuga, al diablo los trajes, al menos así podría ocultar todas las vergonzosas marcas de las miradas indiscretas y las constantes burlas de Shoko.

—Mi Nanamin, ¿por qué me abandonaste allá atrás? —se quejó con un tono agudo, pasando un brazo alrededor de sus hombros, dejando un beso ruidoso en su mejilla.

—Primero, me mordiste en una zona vulnerable e íntima enfrente de mi compañero —habló mirando al frente, cruzando sus brazos y esperando a que alguna de sus venas no se reventara y lo condujera a una muerte miserable—. Segundo, atacaste a mi compañero beta con tus feromonas territoriales, cosa que podría meter a los dos en problemas —finalizó con otro suspiro irritado.

—Pero ya sabes mi opinión cada vez que te emparejan con Takuma Ino-kun —susurró lo suficientemente alto para que el beta lo escuchara, logrando oler su aroma a margaritas lleno de ansiedad—, no pude evitarlo, perdón.

Su disculpa apenas y contenía una pizca de sinceridad. Nanami logró ver a Ijichi temblar en el volante, claramente incapaz de saber si debería intervenir o no. El omega quería golpear una vez más al alfa, sacarlo del auto para que dejara de ser un idiota posesivo y que se arrodillara para pedirle disculpas a los dos temblorosos betas. Lamentablemente, el alfa estaba con un solo objetivo, era el único que lograría apaciguar a Gojo, y echarle más leña al fuego solo empeoraría las cosas.

Bites (alpha gojo & omega nanami!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora