𝐱𝐢𝐯. i'll be whatever you want.

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─── catorce. seré lo que tú quieras.

 seré lo que tú quieras

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❝ ¡dulce o truco! ❞

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     Si existía alguien tan fanático de halloween como Spencer Reid, tenía que ser su hija, por supuesto. La emoción de la pequeña por la festividad aparecía cada año apenas comenzaba el mes, y este no fue la excepción. Como todos los años, desde hace un tiempo, el equipo organizaba una pequeña fiesta en casa de alguno de ellos. Y esta vez era el turno de Spencer, lo que entusiasmó aún más a Ellie. Ya tenía planeadas al menos una decena de opciones de disfraces para el tan esperado día. Sin embargo, recién había decidido cuál usaría esa misma mañana.

     Emily y Liz esperaban pacientemente a que Ellie les indicara el momento en que pudieran entrar a la habitación. Cuando por fin escucharon su voz, lo hicieron. Las dos se miraron confundidas al encontrarla rodeada de peluches, vistiendo lo que parecía ser un uniforme de algo que no lograron distinguir a simple vista.

     —¿Qué se supone que eres? —preguntó finalmente Emily, volteando a verla de nuevo.

     —Una cuidadora de zoológico —respondió con entusiasmo. Una brillante sonrisa adornaba su rostro.

     —Ah...

     —Pensé que querrías disfrazarte de hada. —Liz ladeó la cabeza, formando una cálida sonrisa al notar su emoción.

     —Ya lo hice el año pasado.

     —Tiene sentido. —Emily se encogió de hombros—. Yo seré una agente del FBI.

     —¿Es decir que te verás igual que todos los días? —Liz la miró con una ceja arqueada.

     Emily asintió, formando una pequeña sonrisa, a lo que la menor se limitó a rodar los ojos.

     —¿Y tu disfraz? —preguntó de repente la pequeña, mirándola con sus adorables ojos.

     —¿Mi disfraz? —preguntó de vuelta, pensando en qué decir—. Lo olvidé...

     Mintió. La verdad es que no había pensado en ello para nada, pero no quería arruinar la ilusión de Ellie por verla tan entusiasmada como ella por la festividad. Sobre todo ahora que sería la primera que pasarían juntas.

     —Ve a buscarlo, aún tienes tiempo.

     Liz le lanzó una mirada de perplejidad a su hermana. Al parecer Emily no había entendido que tal disfraz no existía, o sea que no podía ir a buscarlo a ningún lado. Se resignó a formar una falsa sonrisa y decir que volvería pronto. Estaba obligada a improvisar en las pocas horas que tenía antes de la fiesta.

𝐁𝐄𝐆𝐈𝐍 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍  |  s. reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora