𝐁𝐄𝐆𝐈𝐍 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍 | s. reid

𝐱𝐯. in a world of boys...

─── quince. en un mundo de chicos...

❝ te lo dije ❞

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     Es sólo cuestión de tiempo para que una verdad salga a la luz. De tiempo, y de una persona con muchas sospechas. Tal vez esta mentira en específico no hubiera durado todo lo que duró de no ser por el miedo a arruinar las cosas. Después de todo, siempre parece una mejor opción vivir en la ignorancia mientras se es feliz. Por esa misma razón, Liz se vio obligada a fingir demasiadas veces con el único fin de salvar su relación. Una relación que, honestamente, debió haber terminado hace bastante. 

     Una de esas veces ocurrió sólo un par de días antes de que todo explotara. Spencer tenía toda la semana libre, lo que significaba que Liz también. A cualquiera le encantaría oír eso. Sin embargo, por alguna razón a Liz no le fascinaba la idea de pasar una semana completa con Victor. Suena terrible, sí. Pero ella tenía sus razones. Poco a poco el ambiente entre ellos se había tornado algo incómodo. Definitivamente ya no era lo mismo de antes. Algo había cambiado, pues la distancia entre ambos era cada vez mayor. 

     Liz no podía entenderlo. Había hecho todo un esfuerzo por intentar arreglar las cosas, que ella no arruinó, por cierto. A pesar de todos los comentarios hirientes, los celos y los repentinos cambios de actitud hacia ella, Liz tenía la esperanza de que todo se arreglaría. Creía que sólo estaban pasando por un mal momento. 

     Después de un día demasiado aburrido en su solitario apartamento, Liz finalmente escuchó el típico sonido de las llaves en la puerta. A decir verdad, le hacía falta la compañía, por lo que no dudó en recibir a su novio con una sonrisa apenas lo vio entrar a la sala de estar. 

     —¿Cómo estuvo tu día? —preguntó cuando ya estaba más cerca, levantando la mirada. 

     —Bien, supongo. —Se encogió de hombros, frotándose la nuca con cierto cansancio. 

     Lo último no pasó desapercibido por la chica, quien se levantó del sofá para acercarse a él. Pudo notar como evitaba su mirada, sus ojos vagando por la alfombra mientras su mano seguía masajeando su cuello. Supuso que sólo había sido un largo día y que estaba exhausto. Entonces, Liz tomó su rostro entre sus manos, logrando que la mirara por primera vez desde que llegó, y se inclinó para posar un tierno beso en sus labios. Al separarse, sintió un rastro de confusión y preocupación cuando notó que no había reaccionado a su gesto de ninguna manera. 

     —¿Estás bien? —susurró, acariciando sus mejillas con sus pulgares mientras seguía intentando que la viera a los ojos. 

     —Eh… sí. Sólo un poco cansado. —Formó una leve sonrisa. 

     Liz sonrió de vuelta, pero no estaba segura de si debía creerle. La pausa que tomó al responder y el hecho de que estaba extrañamente más callado de lo normal, habían hecho crecer su presentimiento de que había algo más que no le estaba contando. En ese momento, sus ojos se desviaron hasta el cuello de Victor y sus sospechas comenzaron a tomar otro sentido. Bajo la tenue luz de la lámpara sobre ellos, era algo difícil distinguir lo que realmente era esa marca rojiza en su piel. Su mirada debió haber permanecido un buen rato tratando de descifrarlo, pues logró capturar la atención del otro.