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Y pensaba que nunca lo haría, que tendría el corazón de huelo y no dejaría que nadie lo derritiese, pero pasó, él hizo que sintiese algo que me sacó la armadura y por fin pude volver a sentir las caricias, el calor, el amor, pero también volví a sentir las flechas atravesando mi corazón, las corrientes frías, los duros golpes que te da la vida... y de quien menos te los esperas, y entonces me volví a acordar de porque había puesto esa coraza, porque sentir el cariño y el amor está bien pero cuando das más de lo que nunca le habías dado a nadie y ves como no te responden como no esperas toda la ilusión se desvanece y te das cuenta que no es lo que vos queres, que lo que vos queres es alguien que en verdad te ame y te ayude a abrirte sin dolor. Pero puede que nunca llegue esa persona, por eso seguiré caminando solo con mi armadura y mi lema como bandera, no permitiré que me vuelvan a hacer daño, seguiré como un guerrero, fuerte e independiente. Y seguí así, hasta que él se volvió a aparecer, regalándome flores, desprendiendo ese brillo, esa luz y ese calor siendo una eterna primavera y yo, que estaba cansado de otoños vacíos e inviernos fríos, decidí lanzarme a tus brazos entregandome a vos. Sin saber que el tiempo que pasaba hizo que me abriese haciéndome feliz hasta que mis inviernos se volvieron primaveras eternas.
Cuando de amor se trata solo una mirada basta para poder saber lo que pasaba entre nuestras mentes, pero mirándolo a él sentía como mi mundo se paralizaba poco a poco, lentamente fundiendonos en el calor de nuestro amor, aunque todavía me pregunto
¿Cómo pudo robar mi corazón cuando se suponía que no existía?
¿Cómo pudo endulzarme el oído a tal punto de yo, Argentina, caer rendido a sus pies rogando por un poco más de amor?
Maldito USA.
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