•° Hojas Secas °•

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- Desapareció... -  menciono su hermano con un tono de sorpresa

- ¡Pero los dos vimos que estaba ahí! - dijo la joven quién estaba desanimada por haber perdido la oportunidad de tomarle foto

- ¿Que está pasando aquí niños? - menciono una mujer mayor que salía por la puerta cuestionando porque estaban afuera

- Nada mamá... - respondió Diana con aburrimiento y desanimo

Esa misteriosa silueta había desaparecido y no sabían porque, ni tampoco que lo había causado pero definitivamente los dos se quedaron con una sensación extraña.

- Vamos a desayunar, okey? - Menciono Arlen quien volvió dentro de la casa con entusiasmo sin tener idea de lo que había pasado

Todos los que estaban en el patio pronto se encontraban en la cocina sentados uno a lado de otro mientras desayunaban lo que habían preparado.

Los jóvenes seguían distraídos pensando en lo que había pasado hace unos cuantos minutos. Diana estando decepcionada y Milo seguía pensando en como había desaparecido la misteriosa silueta.

- Voy a salir al mercado, ¿Quieren algo? -  Pregunto Arlen quien se ponía su abrigo y se acomodaba su bolsa esperando por una respuesta.

- Yo quiero flores de la temporada mamá - Menciono la joven chica olvidándose por un segundo lo que había pasado en el patio.

- Por?... - Respondió su hermano, era algo que hacían desde pequeños porque a su hermana siempre se le olvidaba decir porfavor al momento de pedir cosas, entonces el con esa pequeña pregunta le recordaba.

- Porfavor... -  Reitero Diana, siempre se le olvidaba y de alguna manera su hermano siempre le decía lo mismo.

Eran las 11 de la mañana y el pueblo estaba activo pero tranquilo, se escuchaba como los coches y camionetas pasaban.
Los dos jóvenes estaban sentados en el sillón cada uno en sus cosas, Diana quien hacía unas pulseras con ligas y su hermano quién escuchaba música.

- El día se ve hermoso -  Se quejo la joven quién se aburría de estar dentro de casa.

- ¿Y que quieres hacer? -  Le contesto su hermano quien le bajaba el volumen a su teléfono para poder escuchar bien lo que decía su hermana.

- ¿Y si vamos al bosque?  - Menciono con entusiasmo la chica, se fue corriendo al patio de atrás sin esperar una respuesta de su acompañante.

- ¡Espera! - Dijo su hermano quién se paraba del sillón con sorpresa de que su hermana saliera corriendo.

El patio de atrás se encontraba separado del bosque por una cerca, está cerca tenía una puerta que daba hacia el bosque.
Era el lugar favorito de esta chica pues una vez más se demostraba que la naturaleza era hermosa pero un tanto peligrosa y eso le emocionaba.

Desde pequeños vivían en esa casa, viendo ese bosque crecer y pasar las temporadas del año, desde hace mucho sabían que el inicio del Otoño era una temporada que los dos amaban pasar en esa casa, pues el bosque se veía increíble.
Pasando debajo de los árboles podías ver las hojas anaranjadas con un tono de café y rojo mientras que el sol iluminaba las copas de los árboles haciendo que el bosque se viera naranja a donde lo veas.

Corrieron hasta llegar a un pequeño lago que descubrieron en una de esas tardes en donde exploraban el bosque.
Los dos no tenían palabras, amaban ese silencio el uno con el otro y que no tenían que decir algo por qué estaban en completa confianza.

Nunca se fijaban mucho en los detalles del ese bosque, solo les encantaba la manera en la que los recibía y se quedaban ahí sin muchas preguntas.

Hasta que...

-  Oye, eso siempre estuvo ahí? -  Interrumpí el silencio que se había formado.

- ¿Que cosa? -  Me respondió mi hermano quién buscaba lo que yo estaba señalando.

- ¡Eso! ¿No lo ves? -  Le dije con una voz de burla mientras le hacía señas para que vea lo que decía, era un árbol azul, nunca lo había visto aunque nunca me fijaba mucho en mi alrededor, solo me encantaba la atmósfera en la que estaba.

- No se de que hablas -  Me contesto, por su tono de voz pienso que me lo dijo con burla, seguramente pensaba que estaba loca o que era una broma.

- ¡Ese árbol azul! ¿¡No lo ves!? - Casi gritando con un poco de desesperación pues me causaba nausea el ver ese misterioso árbol.

- ¿Árbol azul? ¿De que hablas Diana? - Me dijo con el mismo tono de desesperación pues no sabía de lo que hablaba.

Me empecé a sentir muy mareada y me acosté en el pasto tratando de recomponer mi cabeza, sentía que todo me daba vueltas una y otra vez, no escuchaba nada más que unas risas infantiles, me sentía tan indefensa, sentía que me desmayaba.

No se que es lo que había pasado, estaba en el sillón de la casa con unas ligas en mi mano. Mi hermano seguía escuchando música y viendo su teléfono, como si nada hubiera pasado.

~ ¿Lo soñé? ~  Fue lo primero en lo que pensé cuando vi que mi hermano me miraba extrañado pues no me había dado cuenta que lo estaba mirando fijamente y  sudaba frío.

 - ¿Estas bien? -  Me pregunto.  Sabia que estaba preocupado pues siempre que me miraba inspeccionando mi cara estaba viendo si algo había pasado.

Me reincorpore y me toque la frente con mi mano mientras analizaba lo que había pasado y lo que mi hermano me estaba diciendo.

- Si, estoy bien -  Le respondí vagamente, seguía aturdida por el sueño que acababa de tener.

Milo seguía preocupado por su hermana pues se veía pálida y angustiada, sudaba frío y parecía que no la escuchaba. Trato de entender el porque no le dijo nada, pero tal vez simplemente no había pasado nada importante.

Diana no podía dejar de pensar en lo que había pasado, se fue a su habitación sin ninguna palabra dejando a su hermano con la duda de que estaba haciendo, el sabía que era mejor no preguntarle mucho ya que no le iba a responder ninguna de sus dudas.

Ella se encontraba en su camino hacia su cuarto, los recuerdos del sueño le empezaron a llegar sin aviso alguno.
Llegando a su cuarto se sentó con apuro en su cama, tratando de distinguir que era real y que no.

Imágenes, recuerdos y voces llegaron a su mente y en un pestañear de ojos se encontraba de nuevo en el bosque, empezó a sentir como su corazón se aceleraba y como un escalofrío recorría toda su espalda con sudor frío en su nuca y frente, sintió su cuerpo temblar y apurada miro a todos los lados de ese extraño lugar, se veía borroso más allá de algunos árboles, como si fuera una gran censura para sus ojos.

- ¿Que es esto? -  Intento decir sin poder encontrar la voz para hacerlo mientras  buscaba una respuesta en el aire.

Las risas volvieron y cada vez se hacían más intensas y burlonas. En el fondo del bosque donde se alcanzaba ver los árboles de diferentes colores se veían siluetas negras sin forma consistente o realista.

- ¿¡Qué es esto!? - Volvió a decir, esta vez un gran eco le respondió a su llamado.

Ese sonido normalmente le hubiera tranquilizado pues era su propia voz, pero esa respuesta le hizo sentir escalofríos. Un pensamiento hizo que todo lo que previamente había pasado no importará.

No era un eco.
No era su voz.

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⏰ Última actualización: Jan 12 ⏰

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