Lo que empezó como una trama tan normal y corriente. El secuestro del Rey Helado e intento de casarse con la Dulce Princesa... Terminó con consecuencias completamente imprevistas.
Dándole parte de sí mismo a la Dulce Princesa. Tanto el Rey Helado co...
Dulce Princesa ni siquiera podía recordar cuántas veces ya había sucedido esto, lo mismo una y otra vez. Y honestamente en todo caso... Fue la repetición lo que resultó muy agotador en este momento.
"Uuuurgghhhh."Bonnie gimió profundamente mientras estaba parada allí, con las manos encerradas en un bloque de hielo que funcionaba como esposas y los pies igualmente congelados en el suelo. "Finn y Jake... ¿Podrían darse prisa, por favor?" preguntó en un murmullo.
Justo frente a la Dulce Princesa había varias filas de pingüinos, todos batiendo sus alas como si realmente fuera una audiencia.
Y entonces el hombre mismo apareció volando sobre la multitud de pingüinos con una gran sonrisa en su rostro y una pajarita negra colocada encima de su normal moo-moo azul como si eso contara para el traje de boda completo. Luego aterrizó junto a la Princesa.
"¡Bebe! ¡Mi encantadora princesa!" El Rey Helado jadeó y luego lloró. "No puedo creer que este día finalmente haya llegado", susurró con la voz entrecortada.
Bonnie se limitó a mirar al Rey Helado. "Finn y Jake deberían estar aquí en cualquier momento. Espero que te hayas abastecido de analgésicos".
"¡Oh, estás preocupada por mí! ¡Estoy tan feliz!" El Rey Helado lloró. "Vamos a ser muy felices juntos como marido y mujer, mi princesa".
"Sí, no, no lo haremos. Porque no nos vamos a casar". - murmuró la Princesa. "También te odio."
El Rey Helado jadeó. "¡HOOOOH! ¿Cómo pudiste decir eso?" preguntó mientras olfateaba. "Está bien... Sé lo que he hecho mal... Finalmente, lo descubrí". De repente, el Rey Helado se sacó un gran libro de la barba y sonrió. "El matrimonio... en realidad se trata de entregarse el uno al otro. ¿Ves?" preguntó.
Bonnie entrecerró los ojos.
"Así que voy a dar parte de mí... A ti. Mi amor." El Rey Helado sonrió. "Y entonces siempre estaremos... siempre estaremos juntos".
Los ojos de Bonnie se abrieron como platos. "¿Qué?" ella preguntó. "¿Qué vas a hacer?"
El Rey Helado sonrió mientras abría su libro y miraba las páginas, sonriendo mientras miraba las páginas mientras levantaba la mano. "¡De los poderes del universo! ¡Lakutatu, Mantufratu! ¡Libéralo! ¡Libera lo que soy yo!" jadeó. "¡Suma suma suma suma!" cantó mientras agitaba su mano en un círculo.
Los ojos de Bonnie se abrieron mientras se inclinaba hacia atrás y lejos. "¿Finn?" ella llamó. "¡FINNN!" ella hizo crema.
"¡Giba, maba!" El Rey Helado cantó cuando de repente sus ojos comenzaron a brillar, y su cabello y muu-muu comenzaron a flotar a su alrededor. "¡Lubu dubu!" levantó una piedra que brillaba. "¡GAAAH!" Gritó mientras rayos de luz parecían salir de los ojos y la boca del Rey Helado.
La luz proveniente de la boca y los ojos del Rey Helado terminó en el espacio entre la Princesa y el Rey Helado,de repente, algo pareció tomar forma allí.
Bonnie parpadeó mientras lo miraba, primero parecía un cristal de hielo... un copo de nieve. Luego pareció convertirse en una especie de silueta de un osito de peluche, luego una mujer, luego un libro, una corona y finalmente... El objeto se convirtió en una flor de luz.
La flor parecía emanar esa luz, y tenía todos los colores azules mas hermosos. brillando mientras bailaba en el aire.
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