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-- ¿Quien asegura que no te irás huyendo?-- comentó el hombre exaltado

-- Me cuesta creer que existe ese tipo de gente insensible. Tienes la dirección y mi papeleo. ¿Qué otra prueba esperas?

-- si en dos años no saldas la deuda que tienen con nosotros, yo mismo voy a buscarte y meteré a tu padre a la cárcel.

-- en dos años. -- aseguré, aún desconfiada de mi decisión

-- Entonces dejaré a tu familia tranquila, los voy a vigilar, el dinero que me deben no es cualquier jueguito niña -- comentó aún recostado en el marco de la fría puerta.

-- yo sé -- asentí

***

-- tienes 17 , una niña no puede estar haciendo todo esto.

-- ¿Tu lo harás por mi? No. ¿Verdad?

-- ¿Estás segura que encontrarás trabajo?-- no. Me iba a la deriva, a estudiar por cinco años, sin siquiera saber cómo carajos iba a sostenerme.

-- Mia, llamaré a mi esposo. Juntos ayudaremos a tus padres, vive como una muchachita, eso es lo que apenas eres.

-- tía , usted más que nadie sabe que su marido no está en condiciones de pagar nada más que la vida de ambos.

-- debe haber otra forma.

No. No había nada que hacer, estábamos podridos en ruinas y hambre.
Mi papá esta trabajando bruscamente todo el tiempo, mi madre ya encontró trabajo.
El niño, mi hermano, el no puede hacer mas que estudiar.
El si , el si debe vivir bien.

-- usted sabe la respuesta.

***

Despedirme de las personas que más amo en el mundo me dolió más que cualquier necesidad que tuviera en toda mi vida de miseria.
Mi hermano con su carita tierna seguía creyendo que eran unas vacaciones de dos días , cuando en realidad, no los vería en dos años , dos años de trabajo y esfuerzo.

Salí por la puerta de mis recuerdos, despidiendome de los que me vieron crecer y con una meta clara, sacar a mi familia del horroroso poso de las deudas.

Pero, como dicen por ahí "la vida del salao' no tiene descanso" el avión se averió, esperé por dos horas y me quedé sin habitación. La facultad me dejó sin habitación.

Después de tres horas y media, por fin llegué a la universidad.
Todas las habitaciones femeninas totalmente ocupadas. No cabía una sola alma más.

-- necesito ayuda, se me retrasó el vuelo y no tengo a donde ir -- rogaba Nuevamente en la secretaría universitaria.

-- ya te lo dije , no puedo hacer nada al respecto.-- una señora de aproximadamente unos 60 años. al parecer, tenía muchos años tecleando en aquella secretaría.

-- se lo ruego, por favor -- dije casi llorando -- ¿no queda nada? ¿Ni una sola?

Me miró sobre sus lentes remendados , masticando una bola de chicle , examinando detenidamente las facciones de mi rostro.

-- hay una. -- dijo sin más , haciendo iluminar mis ojos y dándome esperanza. -- pero no puedo dártela-- bajo su mirada.

-- ¿que? ¿Por qué no?

-- porque... Es en la sección de los chicos. Y una niña puberta de 17 no es precisamente una buena opción para estar ahí.

-- soy muy madura. En 6 meses cumpliré los 18 , seré legalmente una adulta. Por favor, no tengo dinero, ni dónde quedarme. Ayudeme.

-- en 6 meses podrás estar ahí.

-- por favor.-- ya no soporté, estaba llorando como estúpida.

Ella me miró con hastío y casi convencida dijo:

-- te la daré. Pero convence a la coordinadora.

Tuve que dar mil vueltas hasta que encontré la oficina.
La mujer a la que supuse era la coordinadora, era bajita y regordeta, tenía un aire de motivación y salvajismo.
Ese tipo de personas que hace las cosas con alegría todo el tiempo.

Tardé una hora más en demostrarle a la mujer cuarentona que era lo suficientemente madura y que podría pensar con la cabeza fría así me estuviera quemando de la lujuria.
Vine aquí con una misión, con un plan trasado.
No vine a buscar pareja.

***

-- oye Marcos -- soltó un chico a su amigo al otro lado del cuarto.

-- ¿Qué? -- pregunto el otro concentrado en su armario, dónde al parecer colocaba su ropa.

-- ¿Entraste al baño?

-- no , ¿por qué?

-- esque huele horrible

-- ¿y por qué huele horrible crees que yo lo hice?-- dijo el muchacho tes morena aparentemente enojado.-- tal vez lo hiciste tú y quieres culparme

-- ¿Culparte? -- sonrió el otro -- más bien soy consiente de que tú siempre hueles mal

-- ¿Que yo qué? -- se levantó rápidamente el chico, fue corriendo hasta el otro y se le montó en la espalda. Gritando balbuceos que no logré entender.

Entre tanto y estar embelesada con el jugueteo de los muchachos, solté de forma inconsciente mi maleta que sonó fuertemente contra el piso del pasillo. Haciendo un eco inevitablemente fuerte.

Todas las puertas que estaban abiertas tenían a chicos mirandome con extrañeza.

-- ¿es una chica?-- se oyó entre el murmullo

-- tal vez sea un trans-- contestaron al aire.

-- no me parece que sea trans

-- ¿Acaso los trans se parecen que son trans?

-- clarooo.

-- ¿Te equivocaste? -- la voz de un chico que asomaba su cabezita por la puerta resonó. Tenía un cabello esponjoso extremadamente llamativo. Pero para mí , más llamativos eran sus ojos que coincidieron con los míos al instante , mi corazón se aceleró. Jamás había hecho contacto visual con un chico, y menos con uno tan simpático.

Enfócate cucaracha, no te embobes.

-- no. Todas las habitaciones femeninas han sido agotadas , mi cuarto es 258 -- señalé.

-- A las 10:30 tendremos una reunión en el cuarto de allá --dijo un pelirrojo que al parecer era de tercer semestre-- es el 253. Si quieres venir serás bienvenida. Cómo todos-- miró a los frikis que hablaban super extraño a un lado de el.

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¡Hola amiguitos!
Estoy emocionada , porque me gusta mucho el borrego y también me gusta que las historias no sean tan cliché.
Le voy a poner muchísimo amor al fanfic ¡Se los prometo!

Si te gusto el capítulo y te quedaste, te agradezco el pedacito de confianza que has puesto en mi.
Soy principiante, pero haré lo posible para que todo quede muy profesional.

Te amo desde ya.
Un abrazo de fanficcionista loca.
Yo.

 Universitarios [Borreguito - Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora