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Nahuales

—Cerca de dos años han pasado desde aquel ataque a la humanidad donde miles de personas han perecido frente al poder de extraños enemigos, solo algunos cientos que se han reunido y escapado a los bosques han logrado sobrevivir gracias a la cooperación y todo aquello que solo en las tragedias une a los humanos. 

Entre uno de estos pequeños grupos  se pueden encontrar uno muy especial, protegido y cuidado por un puñado de  adolescentes que desde hace mas de 6 meses han sido la representación de los dioses en la antigüedad en la tierra, cuidando, preservando, entrenando y educando a los humanos que han decidido seguirlos, formando con esto un pequeño paraíso para ellos. 

A pesar de ser simples adolescentes han tenido que tomar la responsabilidad de guiar a toda una raza, por esta misma razón han tomado a mas adolescentes como alumnos para transmitirles sus poderes y sabiduría, así entre los alumnos tomados, se econtraba un pequeño grupo... uno diferente... con un potencial que ni ellos mismos se han imaginado

Así en un día cualquiera...

—El grupo de estudiantes de Canek y Muun se encontraban a las afueras de lo que ahora llamaban la nueva Aztlan, un sitio tan bello y misterioso como el de aquella cuidad, todos ellos se encontraban pasando el rato a las orillas de un pequeño lago disfrutando de una tranquila mañana, cada uno disfrutando de alguna actividad, Sasha y Bela recostadas en el pasto disfrutando del calor del sol, Milo y Yan jugueteando con el agua a la par que Dante los observaba mientras afinaba su guitarra, y por ultimo Alex y Adal un poco retirados del resto en un gran árbol llorón, siendo que el primero se encontraba de cabeza en una de las ramas realizando abdominales, mientras que el segundo recargado en el tronco del mismo dibujando—

Adal: sabes Alex, a veces me impresiona la cantidad de ejercicio que realizas diariamente 

Alex: es algo simple... cuando tengo energía de sobra simplemente quiero aprovecharla de la mejor manera, no quiero ser tan vago. 

Adal: ni teniendo el día de descanso que nos dieron te quedas inactivo 

Alex: prefiero estar en forma para el entrenamiento que nos dan, no es tan fácil 

Adal: lo se, es demasiado pesado y escrito, aunque un poco coherente con lo que somos 

Alex: si así es, los próximos guerreros que protegerán este lugar, ah... sabes, a veces me pregunto el porque nosotros 

Adal: a que te refieres con exactitud con eso 

Alex: bueno al porque necesariamente nosotros 91 somos los alumnos de ellos, ¿hay algo que nos haga especiales?, o hay otra razón en particular, no se, el que un grupo de adolescentes proteja a personas con mas experiencia en la vida y que seguramente algunas de ellas  participaron el guerras, ¿no se te hace extraño?

Adal: bueno si lo planteas de esa forma, es extraño, aunque vamos, bien pueden tener experiencia, pero es gente vieja, no rinde igual que personas jóvenes como nosotros, que, con el entrenamiento que se nos esta dando, podemos llegar a igualarlos 

Alex: bueno, ese es el detalle, por mucho entrenamiento, en el campo de batalla  la experiencia nos puede dar la diferencia, y sinceramente, no quiero que por culpa de mi inexperiencia se pierdan mas vidas 

Adal: bueno pensándolo desde ese punto de vista es un tanto ilógico, aunque en todo caso, siguiendo la misma lógica, los maestros no debieron de haber obtenido esas habilidades, ya que al igual que nosotros son adolescentes, si quizá con una edad mas avanzada, pero adolescentes, o bueno jóvenes adultos, y ve tienen que cargar con una gran responsabilidad 

Alex: bueno, no te puedo negar eso, y por esa misma razón es que me hago esa clase de preguntas, ¿acaso tenemos algo especial?

—Tras esa pregunta Alex bajo de la rama donde se encontraba para sentarse al lado de Adal recargándose ligeramente en su hombro mirando a donde se encontraban el resto de sus amigos tratando de responder esa pregunta, la respuesta claramente no era tan sencilla como puede llegar a pensarse...—