Gojo Y su Viaje Por El Universo

Capítulo 24: Problemas Con La Sangre De Dragón

Ya habia pasado dos días desde que el incidente de Asia después de su incidente, Gojo le pidió a Rías qué la transformará en una demonio lo que ella rechazo sabiendo que Asia tal vez no quería convertirse en un demonio, Gojo entendió esto por lo que no quedó otra opción más que esperar a que despertará, esperaron hasta que ella se despertó y fue allí cuando Gojo le dijo sobre que si deseaba ser una demonio, ella dudo unos segundos pero al final acepto ya que deseaba quedarse al lado de Gojo más que cualquier cosa, Rías entendió esto y la convirtió en su Alfil, siendo así su quitno Sirviente en su nobleza.

Todo quedo de esa manera y Asia, a petición de ella misma, se quiso quedar en casa de Gojo ya que él era la persona que más le gustaba, Rías entendio por lo que preparo todo e hizo qué ella se mudara a casa de Gojo, todo paso demasiado rápido y al cabo de un día ella ya estaba viviendo en su casa.

Durante estos días la relación que tenía con los miembros del club, exceptuando a Asia, fue un tanto tensa, ellos lo miraban con un poco de cuidado, como si él fuera peligroso, sin embargo, debido a su gran actitud y forma de hablar todos comenzaron a olvidar lo que Gojo había hecho, pensaron que tal vez Gojo era demasiado fuerte, sin embargo era un chico que iba a ayudar al grupo y aunque era peligroso y alguien a tener en cuenta, la realidad era que Gojo podía ser un gran aliado más que un enemigo, por lo que lentamente comenzaron a dejar atrás ese lado monstruoso qué tenía, además su potencial era bien sabido, después de todo tenía un potencial superior a cualquier otro y tenía un poder terrible en sus manos, así que pensaron que tal vez, Gojo era un genio, un enorme genio.

Sin más todo terminó de esta manera, Asia viviendo en su casa y con Gojo demostrando su potencial, durante estos dos días Gojo estuvo experimentando algunos cambios que lo molestaban ligeramente, ya que estos cambios era algo que antes no tenía.

"M-Maldita sea..."

Ahora tenía una lujuira qué antes no tenía, si bien la lujuria es algo que todo ser tiene y es algo normal para cualquier ser humano o incluso un dios, la realidad era que Gojo podía controlar su lujuria, tenía control sobre eso y podía soportar hasta la tentación más grande, sin embargo en este cuerpo y con cada día que pasaba más en este lugar, la lujuria en su mente y cuerpo eran enormes, al inicio no tenía este problema pero ahora tenía un gran problema, ahora veía a Rías de manera más ardiente, siempre fue una mujer hermosa pero ahora la deseaba más que nunca, Akeno, ella también la veía con un enorme deseo, Asia, ella era otra mujer que deseaba, toda mujer que veía era símbolo de deseo lo que ocasionó cierta incomodidad ya que esa no era su personalidad, quería saber lo que ocurría por lo que rápidamente le pregunto al sistema.

Y este le respondió rápidamente su pregunta, le dijo lo que pasaba.

"[Sangre de dragón, al tener sangre de dragón su lujuria aumenta considerablemente, no solo eso sino que también aumenta el lívido, la resistencia y el deseo hacia el género opuesto, los dragones son seres posesivos qué desean tener más y más  por lo que es normal que el anfitrión se sienta de esta manera, para curar este síntoma se necesita inmediatamente descargar todo sus deseos en una pareja]"

"Tener sexo es lo que se refiere, eh..."

"...."

"No me agrada en lo más mínimo, me desconcnrtra, ahora mismo yo...."

Gojo estaba pensando en diferentes cosas, cosas lujuriosas qué alteraban su cabeza.

"Tsk, joder, tengo que pensar en otras cosas..."

Gojo se levanto de su cama y luego comenzó a ducharse para relajarse un poco, se ducho volvió a su habitación y de la nada su madre le llamo diciendo que una hermosa mujer estaba en la puerta de su casa Gojo se sorprendió por tal cosa ya que no tenía idea de que alguien lo había visitado, no podía ser Asia ya que sus padres la conocían y ella actualmente no estaba por lo que ella no podía ser, días tampoco por lo que pensó y entonces supo quien, bajo las escaleras abrió la puerta y efectivamente era quien pensaba.