Chapter 3 - Un premio para el Angel

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–¡Naruto! ¡Naruto! ¡Se que estas ahí!

Una chica de cabello cafe claro que tocaba el timbre constantemente el apartamento del Uzumaki ya molesta por no recibir una respuesta.

Finalmente, la puerta fue abierta dejando ver a un Naruto con sueño en su cara y ligero fastidio por haber escuchado el timbre varias veces.

–¿Que tanto hacías ahí dentro?

–No esperaba tu visita, Ayame-chan.

Enfrente de Naruto estaba una chica de pelo cafe claro y unos ojos cafe oscuro, tenía sus manos en sus caderas con el ceño fruncido.

–Eso no importa, ¿qué tanto hacías dentro?

–Nada importante, solo iba a dormir escuchando música.

Una gota de sudor bajo por el costado de Naruto al ver la reacción molesta de la chica.

–Pero eso para luego, ¿que haces aquí?

–¿Al menos no vas a saludarme o abrazarme por verme después de unos años?

Ayame abrió sus brazos en señal de un abrazo algo que accedió Naruto aceptando la petición.

–Me alegra verte bien.

Dijo Ayame cerrando los ojos en el abrazo.

–Supongo...

Ambos estuvieron así por unos segundos más separándose luego.

–Y bien, parece que te has cuidado mejor, ¿ese cambio tiene un motivo?

–No, solo decidi cuidarme mejor.

Esto causó que Ayame entre cerrará los ojos ante la respuesta.

–¿Pues qué querías que te dijera?

–Nada nada, bien vamos, tengo mucho de que hablar contigo.

Ayame entro al apartamento alertando a Naruto que la siguió.

–Al menos, avísame la próxima vez.

Ayame miro la sala que estaba completamente limpio y ordenado sacando le una sonrisa.

–¡Que bien ordenado esta todo!

–Pensé que todo estaría sucio y desordenado.

–Eso me ofende.

Dijo Naruto enfrente de la puerta de su habitación un poco nervioso pero ocultando lo pero manteniendo su expresión de sueño.

–No es mi culpa, siempre eras un desordenado que no le gustaba limpiar tu habitación.

–Las personas cambian.

Ayame acercó su rostro al de Naruto que se puso un poco más nervioso.

–Tu piel parece que está más cuidado, parece que comes bien.

–Ah, si.

Ayame noto el nerviosismo del rubio que iba en aumento siendo más notable cada segundo sacando le una sonrisa.

–¿Qué hay en tu habitación?

–Nada.

–Cocinaste para dos.

–Fue porque un amigo vino.

Ayame asintió levemente ante la respuesta nerviosa.

–Y entonces, ¿por qué no me dejas pasar?

–Privacidad.

La peli cafe agarro la manija de la puerta abriendo la alertando más a Naruto que intento que ella no entrará pero sin éxito.

El ángel y El zorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora