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Después de tantas insistencias para que el gato le diera una oportunidad, porfin lo aceptó, tener una cita con el can, tal vez para que este lo dejé en paz.
Quedaron de acuerdo en una cafetería, algo simple para su primera y última cita.
El gato, Acenix se encontraba en su habitación dudando si ir, ¿y si lo arruina? ¿Que es lo que se hace en una cita? ¿Como tiene que ir vestido? ¿Le tiene que comprar algo? Varias preguntas rondaban por su cabeza.
Nunca a vivido esa experiencia, no sabe cómo debe actuar o que decir.
Entonces tomó una libreta, en donde anotaría todo lo que tiene que hacer en una cita, un poco estúpido pero es mejor asegurarse que hacer una estupidez.
Paso unas horas escribiendo cada idea que tenía para su cita, al mirar la hora vio que eran las 7:43 Mierda... ¡VA UNA HORA TARDE!
Arrancó la hoja del cuaderno y salió corriendo de su casa en camino a la cafetería.
14 minutos después de llegar a la cafetería notó que en la mesa que le correspondía no estaba Mike, tal vez y se cansó de esperarlo y se fue.
Pero vio un batido de fresa en la mesa intacta, alado de ella estaba una nota improvisada hecha de una servilleta.
'Espero que hayas llegado en algún momento, aunque haya sido tarde, así no se desperdicia el batido.'
Acenix no pudo evitar sentirse un poco culpable, entonces encendió su celular y mandarle mensaje al can, tal vez y no sea su última cita...
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