No tenía motivos hasta ahora.
Papá siempre le había dicho que tenía mucho de su familia materna en varios aspectos de su vida.
Sí, genéticamente era un Jin sin duda alguna pero en actitudes no había nada que no fuera escribo como un Jiang.
Las pocas veces que habló de su madre siempre recalcaba que ella era tan dulce y frágil que le daba miedo causar cualquier daño en ella pero que las pocas veces que la vio enojada realmente le daba mucho miedo.
Alguna vez escuchó a su abuelo hablar de su tío Jiang Cheng. Lo describió como un joven efusivo, intenso y que a veces daba miedo cuando algo le interesaba. También estaba la experiencia de Wen Ruohan con su abuela Yu Ziyuan declarando que era una mujer fuerte y frontal, de lengua hiriente y carácter dominante.
Y Jin Ling tenía cada uno de esos rasgos que no dudaba sacar a relucir cuando debía ser necesario pero había otro más que su familia cercana se negaba a ver pero que él sacaba provecho cada vez más.
— Soy un Jin después de todo. —
No podía negar que mucha de su labia era extraída de allí y así mismo, su capacidad para fingir también fue estampa clara de la mala sangre que seguía esparciendo su abuelo Jin Guangshan. Y no sabían cuan agradecido estaba por ello.
En el momento que vio a los hermanos Lan tratando de inculpar a su tío de las malas acciones de su padre, sintió como ese liquido retorcido comenzaba a corroer todos sus sentidos y no pudo evitar ser quien era.
Además estaba el detalle de la mirada gris de su otro tío, que sin conocer en lo más mínimo, podía distinguir en él esa amargura característica de alguien que lo tiene todo pero lo pierde en la nada.
Él mismo se vio así en el espejo a los trece años.
Reconocería ese gesto aun en las entradas del infierno tras su muerte y sabía andar con cuidado.
A veces su instinto de supervivencia e activaba con gestos tan menores que él mismo se asustaba de su capacidad y no estaba tan equivocado en esta ocasión.
No bastaron ni siquiera veinticuatro horas desde que la verdad se vio reflejada en el orgullo de Jin Guangyao cuando ya absorbió cada una de las intenciones de su tío.
Una vez Ruohan le dijo: "cuando te encuentres con una cobra no huyas, mirala a los ojos y corta su cabeza. Sino ella te perseguirá hasta morderse y saciar su sed de muerte."
Y era justamente lo que iba hacer ahora aunque eso también signifique tener que dejar atrás lo único que le costaba realmente soltar. Realmente no quería soltar toda esa necesidad y odio que lo mantenía en pie.
Pero miró a su tío con ese gesto de felicidad cuando miraba a Nie Mingjue y no pudo pensarlo mas.
Al fin tenía un motivo para no regresar a lo mismo.
"Hei, Ruohan.
Creo que esto nos llevó suficiente tiempo ¿no crees? digo, en un tiempo más ya no seré lo suficientemente joven para ti y es hora que te busques otro.
Lo que digo es ya no encuentro sentido que esto siga.
Digamos que encontré una ancla mas firme y menos hiriente que tú. No lo mal entiendas, estoy agradecido de la mierda que me diste, el como me hiciste crecer doscientos mil años y como me abriste los ojos al mundo pero suficiente ¿no?
No quiero verte cuando regrese allá tomado de la mano de otro.
Simplemente te odio.
Adiós, Rouhan."
El mensaje fue enviado y a escusa de que perdió su móvil que sospechosamente ahora estaba en el fondo del rio mas cercano, simplemente cambió de móvil para negarse a ver cualquier respuesta.
Ahora su mente estaba nublada por la protección, algunos guiños a su lado mas perturbado y la mirada en su memoria de ese par de hermanos que ahora tenía frente a él antes de llegar del todo al encuentro de aquella cafetería.
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➵ Independiente; Jin Ling.
Fanfiction➵ Resumen: "- ¡Tu siempre has tenido la familia perfecta! ¡Estás lejos de entender que es lo que pasa por mi cabeza! Seguía mordiendo sus labios con el fin de detener las lágrimas. Sizhui quería acercarse para darle consuelo pero Jin Ling lo alejab...