Mi Amor De Verano

Capítulo 1:

―¿Cuanto queda para que se acabe la clase? ―pregunté cansada con la cabeza apoyada en mis brazos cruzados sobre la mesa.

―Solo quedan 15 minutos, relájate ―exclamó Emily.

Emily es mi mejor amiga desde primaria. La miré con los ojos entre cerrados. Su cabello largo castaño claro y ondulado rodeaban su mesa. Estaba mirando sus brazos, en los que llevaba pulseras con números raros, como 1989 o 13, es muy fan de Taylor Swift.

Sabía que solo quedaban 15 minutos, pero se me hacían eternos. Era el último día de clases, y ya empezarían las vacaciones de verano que llevaba planeando desde Navidad con mis amigas, Emily, Chloe y Lily.

Detrás de Emily se sentaba Chloe. Ese día su larga y ondulada melena rubia brillaban como platos de oro. Es la típica persona que parece que se toma 15 cafés al día, es super activa.

Al lado de Emily se sentaba Lily. Sus gafas plateadas y redondeadas le daban un aire intelectual. Era la más baja de todas. Me di cuenta de que estaba mirando mucho su mesa, me incliné un poco y pude ver su móvil, estaba leyendo Wattpad.

El suelo de mi clase está lleno de papeles que parecen tener vida propia, algunos garabateados con notas y otros abandonados por compañeros distraídos. Los pupitres y sillas son de un verde un poco desgastado, pero aún funcionales. Las ventanas son grandes y llenas de luz, con muy buenas vistas. Desde aquí puedo ver un paisaje encantador: árboles altos balanceándose en el viento y un cielo azul lleno de nubes tan blancas como la nieve.

De repente empecé a escuchar: ¡brrrrrrrrrr! ¡brrrrrrrrrr!

Era el timbre. Sin darme cuenta, el tiempo se había pasado volando, mientras miraba las nubes esparcidas en el cielo.

―Vamos Sofia, levántate, ya es la hora. ―murmuró Emily.

―¿Qué?

―¡YA ESTAMOS EN VACACIONES! ―gritó Chloe.

Emily y Chloe me ayudaron a recoger mis cosas y llevarme a la salida, donde nos esperaba Lily.

Estábamos saliendo del instituto cuando alguien le tapó los ojos a Chloe por detrás.

―¡Que tal Chloe! 

Me di la vuelta y vi a Alexander, que nos dedicó una sonrisa mientras la agarraba.

Alexander es el novio de Chloe desde hace 2 años. Es alto, más que Chloe. Sus ojos, profundos y penetrantes, resplandecen en un tono verde que refleja una mezcla intrigante de serenidad y determinación. Su cabello rubio, cuidadosamente peinado, le agrega un toque de luminosidad y frescura a su apariencia. Siempre esta contento y ama mucho a Chloe.

―¡Alex! ―Chloe sonrió ampliamente.

―¿Vamos a tu casa? ―dijo apartándole el pelo de la cara.

―Siií. Adiós chicas, nos vemos mañana en la casa de Sofia.

―¡Adiós! ―dije alzando el brazo.

A los pocos minutos, Lily y Emily se fueron a sus casas. Yo seguí caminando felizmente hasta mi casa sabiendo que no tendría que ver a las brujas de mis profesoras en 3 meses.

En cuanto llegué a mi casa, subí por las escaleras, abrí la puerta de mi habitación y me dejé caer sobre mi cama. Cuando de repente escuché: ¡Toc Toc!

―¿Quién es? ―pregunté poniendo los ojos en blanco. 

―Soy yo hija, abre.

Era mi madre. Tiene el cabello ondulado y castaño, igual que el mie. También tenia unos ojos color avellana iguales a los míos. Éramos muy parecidas.

Abrí la puerta y mi madre entró.

―Sofi, tu padre y yo nos vamos al pueblo a visitar a la abuela, volvemos mañana al medio día.

Cuando escuché la puerta de casa abrirse y cerrarse, rápidamente cogí mi iPhone y llamé a mi novio, Lucas. Mis padres me tenían estrictamente prohibido tener novio, por eso tuve una relación secreta con Lucas durante 6 meses.

Lucas era un chico alto y con una musculatura bien definida. Su cabello castaño y rizado agregaban un toque sutil a su apariencia. Sus ojos marrones cafés tienen una intensidad intrigante, revelando profundidad y determinación en su mirada. Es muy divertido, pero a veces me irrita mucho. 

―¿Qué quieres? ―preguntó un poco borde.

―Mis padres se han ido de casa y no vuelven hasta mañana, ven a mi casa, me aburro.

―¿Y qué quieres que hagamos? ―curioseó.

―Podemos ver películas, salir al centro comercial, podemos hacer lo que quieras, solo... solo quiero pasar tiempo contigo.

―¿Lo que yo quiera? ―casi podía ver su sonrisa traviesa.

Llevaba una semana pidiéndome tener relaciones sexuales. Yo no estaba muy segura de eso. No estaba preparada.

―Lucas... ya te he hablado sobre eso, no estoy lista, tengo 17 años.

―Solo tenemos 2 años de diferencia, ¿Qué importa?

―No me siento preparada, quiero que mi primera vez sea especial.

―Está bien, ahora voy a tu casa.

A los pocos minutos Lucas tocó el timbre, y le abrí la puerta. Empezamos a ver una película romántica en Netflix con escenas +18 que sugirió Lucas. Los actores de la película ya se estaban poniendo cachondos. Cuando de repente sentí un roce en mis tetas. Lucas me estaba manoseando. 

―Lucas, para, no quiero hacerlo... ―murmuré mientras bajaba el volumen de la película.

―Yo si, soy tu novio, eso es lo que hacen las parejas de nuestra edad.

―Pero yo...

―O follamos hoy o me voy de tu casa.

―No, Lucas, por favor, no te vayas.

―Entonces vamos a follar, voy a hacer que tu primera vez sea la mas especial ―sonrió de oreja a oreja mientras me guiñaba un ojo. 

Yo asentí con la cabeza. De repente, sus labios estaban rozando los míos. Él agarraba mi mandíbula con su mano derecha mientras me besaba apasionadamente y con la izquierda me tocaba las tetas. Fue bajando, rozando mi ombligo con su lengua hasta llegar a mis pantalones. 

Realmente no me gustaba esa sensación, pero asumí que así se sentía la primera vez y que me iría acostumbrando. 

Rápidamente subimos a mi habitación, y me quitó la camisa que llevaba. Volvió a agarrarme una teta mientras me quitaba el sujetador. Era la primera vez que dejaba que un chico viera mis tetas. No me sentía cómoda.

―Lucas, no estoy segura de que esto sea lo correcto. Yo no...

―No le quites la emoción a esto, nos estamos divirtiendo, ¿no?

―Ni si quiera tenemos condones.

―Es muy difícil quedarse embarazada la primera vez.

Asentí lentamente la cabeza, dudosa.

Nos tiramos a mi cama, me bajó los pantalones, y me quitó las bragas

***

―¿Te ha gustado?

―Para ser mi primera vez, no ha estado mal.

Nos tumbamos en mi cama, y de un segundo a otro ya estábamos dormidos, desnudos.