Capítulo 118 El cambio inesperado

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Y, sinceramente, esta fue una experiencia nueva para Fiona, ya que nunca antes había estado en una situación como esta. Sin embargo, no pudo resistirse a responder todas sus preguntas con una sonrisa, ya que el joven frente a ella se volvió cada vez más intrigante y cautivador.

"Ahora, ¿mi pregunta final?" Dijo Orión, sintiendo una punzada de decepción al saber que pronto tendría que estar en el complejo del jefe de la aldea. Pero si no tuviera que ir, no le importaría quedarse más tiempo para cumplir su verdadero que aquí. En ese sentido, planteó su última pregunta: "¿Tienes pareja?".

La expresión de Fiona cambió a un ceño fruncido y su mirada lo escudriñó de pies a cabeza antes de soltar una sonrisa vacilante y responde: "No, no tengo pareja y no espero tenerla pronto". Sus finos labios se extendieron en una sonrisa resignada mientras agregaba: "Además, solo pude participar en Kushi debido a mi condición de guerra. Así que encontrar una pareja no es un sueño que pueda permitirme tener".

Después de que Fiona terminó de hablar, desvió la mirada hacia abajo para admirar su pecho grande y firme. Sin embargo, la frustración rápidamente la invadió cuando comenzó a comparar su voluptuosa figura actual con su pasado esbelto y pequeño, anhelando un cuerpo que se había mantenido sin cambios a medida que crecía.

Sin darse cuenta, las manos de Fiona comenzaron a vagar, acariciando su seno izquierdo como si quisiera volver a reducirlo. Sus movimientos fueron tan vigorosos que hicieron que su blusa se moviera, revelando aún más escote que antes. Sin embargo, para gran decepción de Oron, aunque se había dado cuenta de su presencia, no pudo apreciar completamente su belleza ni obtener una mejor vista debido a la frustrante diferencia de altura entre ellos.

Después de unos breves momentos perdidos en su propia mente, Fiona volvió a la realidad con una rapidez que la sorprendió incluso a ella. Se encogió por dentro, deseando no haber mostrado un lapso de compostura tan vergonzoso frente al joven que estaba frente a ella. "Lo siento", tartamudeó, tratando de recuperar el aplomo. "Sólo estaba pensando en algunas cosas."

Antes de que Orión pudiera siquiera pronunciar una respuesta, la expresión de Fiona se oscureció y ella le lanzó una mirada mordaz. "¿Pero puedo preguntarte por qué me haces esa pregunta?" Su tono era cauteloso y, si no lo hubiera conocido ya a través de conversaciones anteriores, podría haber sospechado que se estaba burlando de ella, especialmente porque no era ningún secreto que a mujeres como ella les resultaba difícil encontrar pareja.n-/𝐎/ / 𝐯--𝗲--𝓁/.𝐁)/I-/n

Sin embargo, después de responder todas las preguntas de Orión, Fiona sintió cada vez más curiosidad por el motivo detrás de su pregunta inicial, incluso si se basaba en un motivo superficial.

Orión se rió entre dientes, ansioso por disipar la repentina tensión que había descendido sobre su conversación. "Pregunté porque tenía verdadera curiosidad", dijo, con los ojos brillando de diversión. "Quería conocer al hombre que tuvo la suerte de tener como compañera a una mujer hermosa como tú".

Para sorpresa de Orión, el ceño de Fiona se hizo más profundo y las líneas de su rostro se dibujaron con una gravedad inesperada. Intentó no sacar conclusiones precipitadas, pero cuanto más reflexionaba sobre la respuesta de Orión, más no podía evitar sentir que se estaba burlando sutilmente de ella por estar soltera.

Después de todo, Fiona había sido una vez una guerrera, y si eso no fuera suficiente para ganar una propuesta, entonces su supuesta falta de atractivo era evidente para toda la aldea. Siempre había tratado de ignorar los susurros y rumores que rodeaban su vida, pero las palabras de Orión habían tocado un nervio que creía haber olvidado.

Cuando Orión vio la reacción de Fiona, comenzó a sentir una sensación de inquietud. Quizás ella había entendido mal sus intenciones, o peor aún, había malinterpretado por completo sus palabras. Buscando claridad, decidió reiterar su punto: "No sé si me entendiste antes, pero lo que intento decir es que una mujer tan impresionante como tú, sumado a tu condición de guerrera, debe haber recibido algunas propuestas..."

La frase de Orión se detuvo abruptamente cuando fue testigo del rostro de Fiona contraerse en una mueca. No era la expresión juguetona y traviesa que su madre le había mostrado al exigir venganza; más bien, fue uno de disgusto y enojo que reveló la profundidad de la decepción de Fiona. Su reacción dejó en claro que sus palabras no habían dado en el blanco, y él tuvo que reflexionar sobre cómo corregir su error.

Con un suspiro cansado escapando de sus labios, Orión decidió preguntarle a Fiona qué tenía en mente. "Si...." comenzó, pero fue interrumpido abruptamente por la voz aguda de Fiona. "Está bien", interrumpió ella. "Soy lo suficientemente mayor para entender incluso las palabras más oscuras y los significados más ocultos". Mientras Orión observaba a Fiona darse la vuelta y estirar su mano sobre el pozo, comenzó a decir: "Pero tú eres..." pero fue interrumpido una vez más. "Pon tu vasija de barro más cerca del pozo", le ordenó. "Recuerda, mencionaste que tenías un día ocupado".

Fiona no dejó espacio para que Orión respondiera, así que con calma tomó su vasija de barro y la dejó cerca del pozo. Observó mientras ella activaba su don y llenaba su vasija de barro con agua, esperando pacientemente hasta que terminara y se diera la vuelta.

Antes de que Orión pudiera siquiera decir una palabra, Fiona agitó su mano con desdén y dijo: "No te preocupes por el pago de nuestro comercio. Usaré la fruta kalna que me diste para cubrirlo". Orión miró fijamente a Fiona mientras ella respondía, y pudo ver la expresión seria en su rostro. Era la misma expresión que había visto cuando la vio por primera vez, lo que lo dejó sin saber cómo reaccionar.

Aunque Orión quería decir algo más, por la forma en que Fiona lo había silenciado, se dio cuenta de que era mejor quedarse callado. Con un suspiro de resignación, tomó su vasija de barro y comenzó a caminar hacia el complejo del jefe de la aldea, con la esperanza de llegar a tiempo para su reunión.

EL LIBERTINAJE DEL JEFE DE ALDEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora