━━ SEVENTEEN.

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➤ LO ÚNICO QUE SE ESCUCHABA en ese pequeño callejón eran las pequeñas gotas de lluvia en el lugar, aunque sus respiraciones también hacían un pequeño eco, era incómodo para los dos, aunque ya estaban acostumbrados a esa sensación

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LO ÚNICO QUE SE ESCUCHABA en ese pequeño callejón eran las pequeñas gotas de lluvia en el lugar, aunque sus respiraciones también hacían un pequeño eco, era incómodo para los dos, aunque ya estaban acostumbrados a esa sensación. Sin embargo, ya no importaba que tan tensa estuviera la situación, solo eran ellos dos en ese momento, donde el tiempo paró.

Lea inconscientemente observaba cada detalle de la cara de Rang, gotas de lluvia que antes caían hacia sus mejillas —levemente rojizas por el frío—, sus ojos claramente hinchados, y como su garganta luchaba por contener su llanto.

Porque sí, Rang había llorado toda la tarde, sin consuelo alguno.

El chico, miraba extrañado a la pelinegra, algo confundido por su presencia.

— ¿Qué haces aquí? —dijo Rang, sonando su nariz y desviando la mirada.

Odiaba verse tan vulnerable ante la gente, y eso era algo que todos sabían. Pero de una extraña manera ya no le interesaba tomarse la molestia de ocultarlo frente a ella.

Estaba tan destrozado que su mente ya no estaba ahí, sus impulsos por querer desparecer eran más que evidentes.

— ¿Qué? —respondió Lea— Te ví acá y pensé en ayudarte.

— No necesito tu ayuda. —dijo levantándose de donde estaba— No deberías estar acá. Vete a casa.

No me iré —respondió con seguridad.

¿Por que simplemente ella no se marchaba? Ya había matado su “curiosidad” y esto tampoco mejoraba la situación. Pero había algo en ella que no le permitía marcharse así como así. Algo que la confundía y la aferraba a estar con él en ese instante.

Era empatía.

— ¿Ah no? ¿Y por qué no?

— Porque quería saber si estabas bien —explicó directamente.

— Bueno, estoy bien, te puedes ir.

— ¿Y dejarte en plena lluvia? Rang, no estás bien.

Ella reconocía estás actitudes como si fuera la palma de su mano. La actitud evasiva, las palabras crueles, el hilo roto en su voz al borde del llanto.

Aunque lo comprendía, no podía hacer mucho más que intentar demostrar que estaba ahí para él, no sabía exactamente el porqué insistir de demostrárselo si no tenían una amistad en primer lugar, pero en cierta parte lo estaba agobiando y eso ella definitivamente no quería.

No quería estorbarle más.

Él suspiró, frotando el puente de su nariz con algo de frustración.

— Quiero estar solo.

— Lo entiendo Lurang, y lamento molestarte, solo quería que supieras que todos te apoyamos.

 ━━ ❝ 𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐋 ❞┊ [When I Fly Towards You]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora