Capítulo 1

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Sinceramente no sé en que estaba pensando cuando acepté dar clase a un curso de Bachillerato.

Seguramente en cuanto entre a su clase los alumnos se preguntarán ¿Quién es este tío con cara de amargado?

Y cuando vea sus caras de desagrado a mi persona me presentaré y les haré saber que se acordarán de mí cada vez que escuchen la palabra Biología.

Me llamo Sebastián, siempre hay polémica con mi nombre, unas personas me dicen que es un nombre aburrido pero otras que es feo.

Bueno a lo que iba, tengo 30 años y me considero una persona aplicada en su trabajo, nunca tardo más de 4 días en corregir los exámenes.

Pero estoy un poco abrumado de como vaya a ser mi primer día en bachillerato. Aunque tengo el presentimiento de que va a ser un gran avance en mi vida.

🍀

Al día siguiente estuve a punto de no ir e inventarme que tenía que ir al médico, pero que enseñanza estoy dándole a los chavales si yo hago pellas.

En cuanto llegué, antes de ir a clase pasé por dirección a por los libros, pero para mi sorpresa el director me llamó.

Entonces doy tres toques en la puerta y en cuanto entro veo que a parte del director hay un chaval de más o menos unos 25 o 26 años.

Tomo asiento sin apartar mi mirada de pocos amigos que utilizo cuando los chavales empiezan a revolucionar la clase.

— Buenas — Comienzo a hablar.

— Buenas, te he llamado para comentarte sobre un pequeño cambio en tus clases — Me dijo con su mirada indiferente.

Cuando dijo eso me pude esperar todo menos lo que dijo a continuación.

— Este chico se llama Adrián y va a estar contigo durante este curso académico —

— ¿¡Qué!? ¿Por qué? —

Al parecer mi indignación sobre esto le pareció importar entre poco y nada.

Así que sin nada más que decir acepté asintiendo con la cabeza.

Rápidamente el chaval emocionado se acerca y me tiende su mano. Dudé unos segundos en darle la mía, pero al ver al director no tuve más remedio que dársela.

Después de esta horrible noticia me despedí del director y salí de su despacho. Obviamente el chaval salió como un cohete detrás de mí.

Lo guíe hasta la clase que por suerte solo lo iba a ver 4 días a la semana, porque solo doy Biología a una clase de Bachillerato.

No sé en que estaban pensando mis alumnos sobre mí. A los chavales que doy en la ESO nunca me dan problemas, es más, la mayoría, por no decir todos, están contentos conmigo y sobre mi forma de explicar.

Yo solo me estoy adaptando a su nivel, ya que luego en la Universidad la van a pasar canutas.

Cuando estamos ya en la puerta le digo, o más bien le advierto, a mi "becario" que tenga cuidado cuando entremos. El director me obligó a no decirle "chaval" para no igualarlo a los alumnos.

Ya que eso en vez de parecer una clase parecía un zoológico, concretamente una jaula llena de gorilas, y algún que otro oso panda.

Cuando entramos mis alumnos estaban con una sonrisa de oreja a oreja como si nunca hubieran roto un plato. Pero yo estaba con mi mirada de pocos amigos.

Giré a ver al becario pero vi que él era todo lo contrario a mí, estaba con una sonrisa parecida a las de mis alumnos.

Entonces cuando se presentó todos se empezaron a reír. Ya verán si se van a reír la semana que viene con el control inicial que les voy a poner, extremadamente difícil, con mucho cariño. Como siempre digo "Quien ríe de último, ríe mejor".

🦍

Después de la hora más larga de mi vida enseñándole al chaval mi forma de explicar con la hidrosfera la clase llegó a su fin.

Estaba dispuesto a ir hacia la puerta para saber quien le dijo tal cosa de mí al director, pero el becario me empezó a hablar y todos huyeron como las gallinas que son.

No tenía ganas de hablar con él, así que en cuanto había recogido mis cosas para irme a desayunar me dijo con una voz tranquila y serena.

— ¿Ya te vas? —

— Sí, voy a ir a desayunar a una cafetería que queda cerca de aquí —

Supuse que ya me iba a dejar en paz para poder irme a relajarme con mi café después de esa tortura. Pero no, estaba equivocado.

— ¿Puedo acompañarte? No conozco mucho la zona ya que donde vivo me queda un poco lejos de aquí —

— ¿Y cómo vienes aquí? — Pregunté un poco intrigado.

— Vengo en bus —

Este comentario me recordó a mí. Hace un año también tenía que venir en bus y debido al estrés que eso causaba en mí tuve que comprarme un coche para venir a trabajar.

— Esta bien, acompáñame —

Después de pasar antes por el Departamento, a dejar los libros y todo el material, nos subimos a mi coche.

A decir verdad nadie antes se había montado en mi coche por 3 sencillas razones: no tenía pareja, tampoco hijos ya que soy gay y ni muerto iba a montar a algún alumno a mi coche para que me ensucie mis alfombrillas nuevas con sus zapatos llenos de barro.

— Oye, tu coche huele muy bien — Me dijo con su característica sonrisa.

Este comentario me alegró el día de un momento a otro.

— Gracias — Dije con una pequeña pero discreta sonrisa.

Debido al estrés que tengo por mi trabajo no podía darme el lujo de sonreír tan a menudo.

Habían pasado 10 minutos, los cuales fueron los más largos de mi vida. Adrián se la pasó hablando de su novia y de sus problemas, tanto familiares como emocionales.

¿Qué se habrá creído? ¿Qué tengo cara de psicólogo? Porque yo no sería buena opción.

Estuve a punto de decirle que hablara con Aroa, una de mis mejores alumnas, casi siempre sacaba muy buenas notas.

En los descansos se la pasaba hablando con Aitor, este no era tan buen alumno pero aprobar aprobaba casi siempre.

Por lo que yo escuché como buen profe chismoso, Aitor estaba dudando de su sexualidad, hasta alguna que otra ocasión estuve a punto de hablar con él, pero una característica de este alumno es lo chismoso que era.

Aroa en cambio le daba consejos y le ayudaba, dentro de lo que cabe, pero siempre ayudándolo.

Creo que me quedé tanto en mi mundo que ni me di cuenta de que ya habíamos llegado.

Creo que me quedé tanto en mi mundo que ni me di cuenta de que ya habíamos llegado

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¡¡¡He vuelto!!! Por fin, JAJAJA. Creo que para ser el primer capítulo esta bien.

Por favor, que al menos 3 personas lean esta historia, me harían tan feliz.

Quiero hacer una aclaración rápida, digamos que lo que dice Sebastián es al revés. Casi todo su alumnado lo odia, JEJE. Sin nada más que decir nos vemos ¡¡¡Chaíto!!!

: 3

Mi querido becarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora