No sé por qué doy tantas vueltas al mismo asunto.
Total, para acabar siempre en el mismo punto.
Tal vez no fuiste tú quien me llamó ridícula,
O la que me dijo que mi sueño era absurdo.
Pero tus ojos lo gritan cada vez que me hablas.
Lo veo en tus ojos como si fueran mis propios.
¿Te crees que hacen falta expresas palabras
cuando se te nota la decepción en la cara?