Alessandro
Una de las cosas que me preocupaba bastante era el peligro que representaban esos seres despreciables que ni siquiera merecen ser nombrados, gracias a la ayuda del fiscal, y mi abogado que junto a mi cuñado pudieron encontrar pruebas que los acusen. Finalmente, están tras las rejas como lo que son, unos malditos delincuentes, fueron acusados por varios delitos que tienen que ver con nosotros, pero otros me han dejado asombrado, ¿Cómo es que no lo vi antes? ¿Cómo siquiera los considere parte de mi vida? El dinero y los cheques que me hicieron creer que fue robado, falsificado y transferido a una cuenta falsa por mi esposa, en realidad ellos fueron los responsables. Debo admitir que eso me mantenía muy ansioso y estresado, y si a eso le sumamos que el doctor me ha dicho que de mi esposa puede morir, ¿Por qué todo le sucede a ella?, esto solo me produce frustración y enojo con esa maldita enfermedad.
Han pasado tres días de aquel episodio que me asusto y desespero al no poder ayudarla, me sentí tan inútil y vulnerable en ese momento. La mayor parte del día se la pasa durmiendo, pero lo que me está preocupando es que de anoche está con fiebre, el médico después de volver a llenarle de preguntas, me ha dicho lo mismo que vengo escuchando, "Es normal en su estado, deben estar preparados para cualquier cosa". Cómo hacerlo cuando se trata de la mujer que amo, de la madre de mis hijos, del amor de mi vida, jamás podría imaginarme una vida sin ella o sin mis pequeños.
Me encuentro en el sofá que se encuentra a unos pasos de donde descansa Belle, me estoy encargando de controlar la fiebre, médicos van y vienen asegurándose de que todo esté en orden. El doctor que contrate se está encargando de todo en conjunto de los que la estaban atendiendo.
Aunque trate de demostrarle tranquilidad y optimismo, no puedo evitar ponerme mal cada vez que veo su rostro pálido, esas ojeras que son como dos bolsas debajo de sus ojos cansados y esos hematomas que tiene por su delgado cuerpo.
Me levanto del sofá para dirigirme hasta la camilla, a ella no le importa su salud, solo quiere tener de regreso a nuestros hijos, sé que eso la tiene también mal emocionalmente y esto empeora todo.
Apoyo con suavidad mi mano sobre su frente, gracias a Dios la fiebre está pasando, no me agrada ver a la chica feliz y que ama la vida así, y aunque yo no tenga la culpa de su enfermedad, yo contribuí en que avanzará rápido, si solo la hubiese escuchado todo sería diferente, pero lamentablemente no podemos volver al pasado y no cometer los mismos errores.
Giro mi vista cuando escucho la puerta siendo abierta, por está entra Zoé con cierto nerviosismo, la verdad ha estado actuando extraño, por lo que también decidí investigarla, sé que ayudo a mi mujer en sus peores momentos, pero ahora mismo no puedo confiar ni en mi propia sombra.
—Buenas tardes, ¿cómo sigue? —pregunta en voz baja para no despertar a Belle.
—La fiebre está bajando, pero no ha despertado desde la mañana —explico volviendo mi vista a mi esposa.
—Alessandro, ¿Puedes acompañarme afuera? —pregunta, haciendo que la vuelva a mirar con confusión, ¿qué estará pasando?
—Claro, ¿está todo bien? —pregunto mientras me acerco hasta donde se encuentra, esta solo asiente mientras que me sonríe tratando de parecer tranquila.
Le sigo sin pronunciar ni una palabra, nos dirigimos hasta lo que parece un consultorio, y ahí deja de caminar para seguidamente decirme que debemos entrar allí. Cuando entramos mi sorpresa es mayor, justo enfrente mio se encuentra Dante con mi hermana que parece enfadada, y también está su amigo, que se llamaba...ah si, Andriano.
—¿Qué sucede aquí? ¿Sucedió algo con la seguridad? —cuestiono ahora preocupado.
—No se trata de eso Alessandro, como lo prometimos nos encargamos de que tanto en el orfanato como en la clínica y en todas tus propiedades haya seguridad —explica, eso me tranquiliza bastante.
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Amor a prueba de adversidades
Roman d'amourHicieron todo para separarlos pero por sobre todo para destruirla a ella un chica ingenua e inocente, su único error fue conocer a Alessandro Lombardi. Lo último que quisiera hacer sería volverlo a ver, pero no tiene otra opción si quiere que sus h...