Después de la desaparición de Wheein, no volvimos a entrar en el Bosque Azul. Ni siquiera he salido del palacio desde ese día. Tampoco le he contestado los mensajes a los chicos, me pregunto como se debe estar sintiendo Taehyung después de que tuviéramos que enterrar a su hermana en ese horrible bosque. Me preguntó si todos ellos estarán sintiendo la misma culpa que yo.La horrible y pesada sensación de una culpa inexplicable y, una lástima tan frustrante por tener que mantenernos callados mientras los padres de Wheein lloran de preocupacion y angustia por no saber donde está su hija. Me devoran desde adentro del pecho como un parásito. Es una culpa tan amarga y miserable la que siento por las noches que tampoco puedo dormir sin ver antes al fantasma de Wheein en la esquina más oscura y remota de mis aposentos, quieta, sin parpadear y, como si el simple hecho de asustarme le generará placer. Siento que si llegara a cerrar mis ojos por más de tres minutos, ella sería capaz de abalanzarse sobre mi y llevarme hasta la misma laguna en la que encontramos su cadáver. Con el único fin de que esos monstruos también me devoren vivo. Seguí sin poder dormir durante los últimos dos días hasta una noche el fantasma de Wheein dejo de aparecerse, tal vez por sin se aburrió de asecharme. ¿Ella también visitará a su hermano?, ¿Oh sólo me quiere aterrorizar a mi por ser la última persona con la que estuvo antes de morir?
Logré dormir plácidamente durante unas pocas horas antes de que alguien llamara a mi puerta. Me queje por el molesto ruido y me di la vuelta, envolviendo mi cuerpo entre las sabanas omo si fuera un panqueque y, con pereza y sin ganas de levantarme, camine hasta la puerta.
Al abrirla, me encontré con la radiante sonrisa de Chaeyeon, y Yoongi parado atras de ella mientras que sostenía en sus manos dos tazas de café de la cafetería de su madre, Chaeyeon ya tenía él suyo por la mitad.──Holis teton. ¿Cómo estás?...──Dijo Chaeyeon mientras entraba a mis aposento como si fuera su casa. Yo seguía callado, "Cómo estás?", para la mierda, sí te soy sincero. Pensé──....¿Y?... Un "hola, ¿cómo están? También me alegra verlos", no estaríade más.──Fingió una voz mas gruesa y ridicula para supuestamente imitsrme──. No te cuesta nada contestar los mensajes y más llamadas, empezamos a pensar que te estabas muerto o algo así.
──Su Majestad...──Yoongi hizo una rápida reverencia antes de dejar uno de los cafés entre mis manos, y seguir a Chaeyeon hasta los sillones que se encontraban en el centro de la habitación───. Le traje el mismo que tomó cuando estamos en mi Café, guarda que esta mas caliente que antes.
──Gracias...──mire el café que estaba calentando mi mano antes de cerrar la puerta y, dejarlo sobre mi escritorio──. P-pero...¿Qué hacen acá?. ¿No sé suponía que te ibas a ir por un mes al palacio de tu hermana?──Le dije a Chaeyeon, pero ella solo se encogió de hombros como si no le importara o fuera una pavada. Se terminó de un trago lo que quedaba de café en su taza y habló.
──Anda medio loca, así que le estoy dando su espacio. Y, tu madre me ofreció quedarme en la habitación de al lado hasta que sea la boda.───Dijo bastante desanimada, yo estaba un poco atónito por eso. ¿Comó qué "hasta que sea la boda"?, ¿Se quedará en el palacio hasta que nuestra boda se realicé?
Adiós a mis días de descanso antes de la boda, me agrada la componía de Chaeyeon, pero de verdad necesito mi tiempo a solas sin que nadie me moleste y sabiendo como es mi madre con Chaeyeon, va a querer que pasemos tiempo juntos todos los días hasta casarnos para que: el amor nazca entre los dos o como lo diga ella.
──¿En la de al lado?...──Frunci el ceño al oir eso, hay más de 20 habitaciones en el palacio. ¿Por qué tenía que quedarse al lado de la suya?──¿Al lado?.──Volví a decir lo mismo por no procesar bien mis palabras.
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Σειρήνα // Kookmin
Fantasy"Σειρήνα" ---Griego : Sirena. °•°Se decía que las sirenas eran las criaturas más bellas y mortales de todo el mundo. Se decía que sus cantos eran celestiales y que con solo oír una palabra dicha por ellas ya uno caía hipnotizado, y que el encanto d...