26- Contacto

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Los momentos de verdadera felicidad en la vida de Chris son contados y totalmente atesorados por él en lo más profundo de su corazón, siendo cuatro los más importantes, hasta el momento, para él: El nacimiento de su hermano menor, el día que lo aceptaron en el equipo de fútbol, cuando conoció a Sam y el día que conoció a la personita más adorable del planeta.

Sin embargo, ahora podría sumar su primer encuentro cara a cara con su pequeño amor a esa pequeña lista.

Seungmin tenía la bandana puesta sobre sus plateados ojitos, su cabello castaño estaba revuelto y las doradas mechas de su flequillo cubrían gran parte de la bandana. Chris bajó su mirada y pudo ver la camisa del menor arrugada y con el primer botón abierto, dejando a la vista su blanco cuello y marcadas clavículas, la blanca tela se aferraba a su fina contextura y las mangas algo largas cubrían tiernamente sus manitos que estaban firmemente apoyadas en su regazo.

El rubio fijó sus ojos en la cintura del castaño y tragó saliva al ver lo mucho que esta se marcaba gracias al ajustado cinturón que sujetaba los pantalones de tiro alto que el chico traía hoy, sintiendo sus manos picar por estrechar entre sus manos la pronunciada curva en el cuerpo contrario.

Pero dejando todo eso de lado, lo que más llamó la atención del mayor (y al mismo tiempo lo puso triste) fue ver la naricita de Kim rojiza, sus labios lastimados por las mordidas, sus mejillas mojadas por las lágrimas, y los pequeños suspiros bajos que soltaba cada tanto.

Todos símbolos del llanto previo de su bonito niño.

—Minnie...— El corazón del rubio se aceleró al ver como Seungmin alzó la cabeza en su dirección, como si pudiese verlo a pesar de saber que había una tela cubriendo sus ojos— no te asustes, soy yo— Acercó sus manos temblorosas al pequeño cuerpo del menor y rozó sus hombros, sintiéndolo tensarse ante ese simple toque.

Chris tomó un poco más de confianza y se acercó a Seungmin, quedando su rostro a la altura de su suave melena castaña. Tuvo que ejercer una fuerza de voluntad enorme para no hundir su nariz en estos y aspirar el suave aroma que normalmente portaba el de mechas rubias.

"Su simple existencia es tan suavecita y adorable..."

Un suspiro tembloroso lo sacó de sus pensamientos, dirigió su mirada de vuelta al menor y se preocupó al ver que estaba temblando y que el menor enterraba sus cortas uñas en el dorso de sus manitos con fuerza.

—C-Chris— Seungmin carraspeó tratando de mantener la calma a pesar de las ganas de llorar que repentinamente lo invadieron al sentir la calidez del cuerpo del rubio más cerca y su varonil perfume invadiendo sus fosas nasales— dijiste que estabas aquí porque querías v-verme...— Sorbió su naricita rompiendo un poquito más el corazón del más alto— pero yo quiero... q-quiero que me abraces, p-puedes hacerlo? Puedes sujetarme entre tus brazos y susurrarme al oído que todo va a estar bien? P-Puedes-

La voz del ojigris murió en el momento que sintió como dos grandes y fuertes brazos lo rodearon con fuerza, haciendo que su rostro impactara contra el cálido pecho con el que, días antes, había chocado.

Uno de los brazos del mayor bajó a su cintura y dejó leves caricias en su espalda baja. Seungmin sintió sus mejillas arder, su corazón acelerarse y sus labios temblar cuando correspondió el abrazo de Chris rodeando su cuello con sus brazos, escondiendo su rostro en el hombro del rubio mientras dejaba que sus lágrimas humedecieran la bandana y el hoodie del otro chico.

El más alto aferró el cuerpo más pequeño y comenzó a dejar caricias en su cintura y a besar su cabecita, tarareó una melodía improvisada mientras sentía lo espasmos de contrario producto de su llanto. simplemente se quedó ahí, sosteniéndolo y brindándole calidez y confianza para dejar salir todo lo que estaba atormentándolo por dentro.

Mi Extraño Mensajero - ChanMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora