S.H 3- Pecas y heridas

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Bueno entonces lo dejamos así, estás de acuerdo?— El ojimiel asintió con una sonrisa que contagió al mayor— maravilloso, sabía que no en equivocaba al quererte conmigo Felix, eres brillante— El aludido se sonrojó ante todos los halagos que el pelinegro le daba.

Al contrario, gracias a usted por la oportunidad, entrenador Kim— Taehyung sonrió con ternura por el chico frente a él.

Anotó un par de cosas más en una hoja y se la tendió al rubio, que la tomó de inmediato y la enganchó en su tabla.

Te acabo de dar la lista de los jugadores que irán de titulares al primer encuentro, así como aquellos a los que les tienes que pedir uno que otro dato— El mayor explicaba señalando cada sección de la hoja en manos del pecoso— si no es molestia, me gustaría que lo tuvieras listo de aquí a dos o tres días– El menor sacudió la mano restándole importancia

Puedo tenerlo listo hoy mismo, entrenador Kim, no se preocupe— El mayor asintió emocionado y se despidió de Lee con una pequeña reverencia que el contrario respondió.

Félix salió de la oficina de Taehyung y se dirigió al rink donde se veía a los chicos del equipo practicando y bromeando entre ellos.

Las pecosas mejillas del chico tomaron un tono carmín al ver al capitán Hwang reír de algo inaudible para el menor mientras secaba su frente sudada con una pequeña toalla blanca, lo vió darle un pequeño golpe en el brazo al muchacho pelinegro con el que hablaba para luego alejarse patinando rápidamente.

Disculpa, necesitas algo?— Felix se volteó y sintió su piel empalidecer al ver al muchacho castaño que le miraba sorprendido y con una sonrisa burlesca mientras peinaba su desordenado mechón blanco— vaya vaya, pero si es mi querido Lee Mugriento Félix, qué te trae por aquí?— San ladeó su cabeza en un falso gesto "tierno", pretendiendo burlarse del chico rubio.

Félix miró en todas direcciones buscando escapatoria del más alto, se sentía realmente incómodo y la intensa mirada del castaño lo intimidaba y asustaba.

N-No es asunto tuyo San, déjame tranquilo— El pecoso intentó pasar por el lado pero, en su lugar, soltó un quejido al sentir su espalda impactar contra el vidrio detrás de él debido a la acorralada que Choi le había dado al empujarlo bruscamente de los hombros.

El menor se asustó al ver la rabia bullendo en los oscuros ojos del más alto y gimió bajito al sentir las manos del contrario apretando fuertemente sus brazos.

Quién mierda te crees que eres para hablarme así, manchado de mierda?— Las manos del de mecha blanca jalaron en cuello de la camiseta de Lee para alzarlo más cerca de su rostro— recuerda cuál es tu lugar queridito, esa mierda en tu rostro es repulsiva para todos aquí, deberías aceptarme ya que soy el único dispuesto a... soportar que tengas esas cosas en tu cara— Bajó una de sus manos a la escondida cintura del rubio y con la otra sujetó fuertemente la mandíbula contraria para acercar su rostro al del asustado chico frente a él— así que, si sabes lo que te conviene, será mejor que empieces a ceder...

Félix cerró los ojos con fuerza, empezó a temblar y las lágrimas comenzaron a caer por su rostro en el instante en que sintió los labios de Choi posarse en su pálido cuello.

Forcejeó totalmente asustado intentando quitarse al chico de encima, pero este sólo apretó más fuerte su rostro y cintura, haciéndolo jadear adolorido. Sintió que se desmayaría del pánico cuando, en su siguiente intento por soltarse, San metió una de sus piernas entre las suyas, dejándolo completamente inmovilizado.

De pronto, un fuerte golpe resonó por todo el gimnasio seguido del sonido de un cuerpo impactando fuertemente contra el suelo. Félix cayó de rodillas, aliviado de ya no tener a Choi sobre él pero confundido y un poco preocupado por el fuerte estruendo, así que alzó la vista y la dirigió hacia el sitio de donde había salido el ruido.

Mi Extraño Mensajero - ChanMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora