8 .¿YO HICE QUE?

204 23 14
                                    

El clima frío lo ponía tenso y triste y Stu odia el sentimiento, cada vez que cierra los ojos y respira el aire helado. Le recuerda a las vacaciones en Alaska.
 
No era nada especial, simplemente  le recuerda la vez en la que sus padres lo olvidaron en el área de esquiar. Stu recuerda la forma en la que se sintió perdido y abandonado, a pesar de que fue un pequeño descuido de sus padres y le pidieron disculpas una y otra vez  incansablemente ninguna de esas palabras saco de la cabeza de Stu la idea de que sus padres querían deshacerse de él.
 
Niega con la cabeza ante el recuerdo que le hace estremecerse por completo subiendo un escalofrío por su espalda. Cómo si Alaska aún pudiera helarle la piel y los huesos. Respira profundo y deja correr los pensamientos tristes , su peor enemigo siempre han sido los recuerdos. Él tiende a olvidar lo bueno y guardar lo malo y aunque intente cambiar el método no puede o tal vez nunca lo intento.
 
Aburrido pregunta a Tatum si quiere almorzar.
 
–¿Almorzamos juntos cariño?– Cuestiona buscando en su bolsillo dinero
 
Tatum con una expresión de culpa en su rostro le explica . – Hoy no puedo cariño, estoy demasiado recargada de deberes ,exámenes y proyectos, almorzaremos otro día ¿ Bien?– Explica mientras acaricia sus dedos juntos .
 
Stu asiente aunque un poco decepcionado, comprende la situación y trata de ocultar su desilusión con una sonrisa forzada. No quiere añadir más presión  así que asiente con resignación y le da un beso rápido en la mejilla
– Está bien cariño, suerte entonces–
 
–Stu no seas así, mira debo correr ahora , debo buscar a Sidney, tú busca al idiota de Billy y almuerza con él.
 
–Bien Tate, te quiero –  Murmuró el más alto aflojando sus dedos juntos e inclinándose para darle un último beso en la comisura de los labios. Tatum se apresura a caminar por el pasillo y se despide de prisa alzando su mano hasta perderse entre la multitud de estudiantes.
 
Se queda parado por un momento, contemplando cómo el frío le cala los huesos, Así que, con el corazón un poco más pesado de lo que le gustaría admitir, se dirige a la cafetería para tomar algo caliente . Camina lentamente perdido en sus pensamientos que importa llegar tarde a la fatídica clase de economía. Una vez con el almuerzo en mano se dirige a una mesa vacía, es fácil distinguir las que están ocupadas y las que no. Al menos más de la mitad de las mesas están vacías , no hay el habitual bullicio que caracteriza a los estudiantes y Stu se encuentra sacudiendo la cabeza en confusión. Se ubica en una mesa junto a una especie de calefacción lo más alejado posible de los demás. Para este punto no le importa parecer un raro aislado de todos.
 
Come con paciencia y tranquilidad, mastica lentamente cada trozo de comida y cierra los ojos complacido cuando el vaso plástico de café calienta sus manos. Está terminando de comer con la mirada perdida en cualquier punto cuando un golpe a su lado lo hace saltar en el lugar. El sonido sordo de la bandeja plástica casi le causa un infarto y con el ceño fruncido y su mejor cara de desagrado mira al autor del sonido terrible.
 
Billy se sienta a su lado con su habitual expresión estoica, la cual Stu odia porque nunca supo leer bien.
 
Ninguno dice nada simplemente se sientan ahí, uno a lado del otro, hombro a hombro, Stu termina de pasar el líquido caliente por su garganta casi ahogándose en el proceso, torpemente. Ya ha terminado de comer y comienza a recoger envolturas y envases plásticos para tirarlos a la basura.
 
–¿Billy ?– Pregunta regañándose a si mismo por impaciente.
 
– ¿Qué?– Pregunta Loomis sin mirarlo aún, y el más alto ya ah empezado a odiar está rutina de "primero tú".
 
–Nada, es solo que tú ¿estás bien?– La pregunta va dirigida con curiosidad
 
–Sí, bien es solo que ¿Donde estabas anoche Stuart?–  Le cuestiona dejando los cubiertos en la bandeja y mascando los alimentos lentamente.
 
Stu hizo una mueca pensando ,odiaba cuando él lo llamaba así. –Nada anoche estaba en mí casa ¿Por qué preguntas?–
 
El chico asintió con la cabeza sin mirarlo, como si hubiera descubierto algo ante la revelación. ¿Lo hizo?.
 
La comprensión parecía invadir el rostro de Billy y su expresión cambio en un instante  –¿ Hiciste el trabajo de economía?–  Soltó cambiando de tema abruptamente y volviendo a masticar su comida.
 
Stu se queda en silencio por un momento procesando y se golpea la frente.  –¿Era para hoy? mierda viejo yo no –
 
Billy a su lado ni siquiera se inmutó ante el teatro barato y mal actuado del más alto – Se que mientes Stu– Murmuró llevándose el tenedor a la boca .
 
Stu abrió y cerró la boca un par de veces intentando contraatacar o al menos defenderse con algo de diginad.En su lugar se levanta de la mesa para tirar todo lo que ocupo y cuando vuelve a sentarse en el mismo sitio que antes, el más bajo ya no come y se dispone a realizar la misma acción de limpieza que el otro. Una vez la mesa sin rastros de comida ambos se levantan, caminan uno a lado del otro hasta que Billy le vuelve a preguntar a Stu. –¿ No me estás mintiendo verdad Stu?–. Stu para en seco su andar, su cara se desconfigura en molestía ni siquiera tiene una mínima idea de lo que le habla el otro. – No se que se supone que deba decirte o que se supone que quieres escuchar, pero yo nunca te mentiría y lo sabes –
 
—Bien— fue todo lo que dijo Billy y camino a paso rápido. 
 
Stu no lo comprende, pero la inquietud que le deja en el pecho se siente horrible. Él también camina al salón de clases, pero de forma lenta y pesada. Al llegar pide permiso para poder entrar a la clase, recibió un regaño por su evidente tardanza, entro al salón sin decir una palabra . Su cabeza estaba ocupada como para estar pensando en un tonto regaño.
 
_
 
El sonido del teléfono rompe la tranquilidad de la casa, y Stu realmente considera desconectar el maldito teléfono durante su siesta.
 
Quiere ignorarlo pero probablemente sea algo importante. Y eso importante para él era Billy. Camina a la cocina y contesta con un "Hola " un poco ronco, se aclara la garganta. El sonido que se emite del otro lado es horrible y le hace apartar el teléfono con una mueca, es como estática.
 
Cuelga irritado pensando que es una broma de algunos de sus amigos, malditos idiotas. Decidido a volver a la comodidad de su cama, el sonido del insistente aparato le molesta. Toma el teléfono en su mano y lo lleva lentamente a su oído, ya no escucha la estática y cuando está apunto de colgar definitivamente escucha su nombre, o algo parecido a ese sonido, frunce el ceño curioso y vuelve a llevarse el aparato cerca de su oído. 
 

EL PLAN (IM)PERFECTO DE BILLY LOOMISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora