Tu y yo

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Los ojos de la joven se humedecian y deslizaba por su rostro de piel fina lágrimas, se llevó las manos a la boca y nariz agitando la cabeza. El joven con incertidumbre y atónito no supo muy bien que significaba eso.
- Dios mío.... si, si quiero.- respondió con una sonrisa y lágrimas de felicidad y entrando en llanto por los nervios. Eren simplemente la estrechó entre sus brazos y besó su frente en señal de respeto, protección y cariño, secó las lágrimas de su prometida por unas horas porque por la tarde serían oficialmente marido y mujer.

De fondo habían unas cuantas personas que habían escuchado la propuesta y entre ellas habían una mujer que se había emocionado tanto que ofreció ayudarla a encontrar un vestido adecuado, pues era diseñadora y andaba en cubierta buscando inspiración y acababa de hacer un desfile de novias en el país vecino de Marley.

- Querida disculpame, déjame que te ayude, tengo algo que te puede ir fenomenal ¿porqué no me acompañas a mi camarote en segunda clase?- Le dijo la mujer a la futura mujer de Jaeger. -Se lo agradezco de veras, pero no sé preocupe no quisiera molestarla...-  Le respondió la jovencita. -¡Oh no cielos! Querida no es ninguna molestia, me habéis conmovido jóvenes y os quiero ayudar a ambos, tiene pinta de ser un amor prohibido no aceptado por vuestras familias, hoy en día los jóvenes no se comprometen queridos, prefieren estar por ahí con dios saben quien y los hombres ¡ay los hombres! Dejan a las muchachas embarazadas y se van. Has tenido suerte de encontrar un hombre y encima apuesto como lo es este jovencito que está dispuesto a todo por ti señorita.- Le agarra del brazo la diseñadora a Mikasa y sonriendo los dos se despiden con la mano.

Las dos entran el camarote de la modista y al cabo de un rato le enseña 4 vestidos que ninguno le convence. -muchachita es que ninguno te saca todo el partido que tienes, con el cuerpo que tienes, tienes que ser hoy tu la protagonista querida, no el vestido, vamos a ver que tenemos por aquí que te haga lucir tu belleza....- la mujer rebusca entre sus cosas un vestido espectacular, de encaje blanco que deja la espalda descubierta y escote corazón con transparencia en las mangas y  en la abertura en el medio del pecho, pegado a la figura del cuerpo, acentuando la cadera y marcando la cintura que se abre una cola hasta la mitad del muslo, realzando toda la silueta de la joven hermosa. -Querida sabía que éste sí era el indicado para ti, estás hermosa, no necesita ni retoque, terminemos con el tocado del pelo.- El tocado era una corona de laurel de plata con pequeñas perlas, la joven novia se miró en el espejo asombrada. -Querida amiga esperame aquí que tengo que llevar el traje al novio, estoy segura de que este es el traje perfecto para el. Enseguida vendrán a por ti para llevarte junto a tu futuro marido- le guiñó un ojo mientras agarraba el traje que se encontraba dentro de una funda, cerró la puerta y se dirigió a la cubierta donde se encontraba el futuro novio apoyado de espaldas en la barandilla charlando con el barbero con las manos en los bolsillos, comentando la boda.

  El barbero, era el barbero del capitán desde hacía 15 años, tenían un amor prohibido porque el capitán era marido y padre de familia y su amor solo era posible en alta mar, desde la primera vez que viajó con él siendo su barbero supo que lo suyo era un amor imposible y trató de olvidarlo pero siempre acababa subiendo al mismo barco una y otra vez. La diseñadora era la cuñada del capitán, mandada por su mujer porque sospecha de que tiene una amante.

-Querido mira lo que te traigo.- la diseñadora miraba al joven de arriba a abajo y Eren desconcertado -No pensabas ir así ¿no querido? Tienes que estar a la altura de belleza con tu futura mujer querido y yo tengo lo apropiado para ti. Y tú señor tengo una misión para tí, cuando tenga vestido a este joven encantador, te encargas de buscar a la novia que yo ya habré subido a cubierta con este chico tan apuesto, te encargas de traerla.- cuando se quiso dar cuenta, Eren ya estaba agarrado del brazo sin poder reaccionar a la situación.

Llegaron al camarote y se puso el traje de chaqueta y corbata granate del mismo color que la bufanda de su prometida, en la solapa llevaba una flor con detalles en plateado como la diadema de Mikasa, el joven apuesto Eren se miró en el espejo sorprendido, no se arrepentía de no haber puesto resistencia. Nervioso abrió y cerró las manos, tomó aire para luego exhalar y atandose la corbata, estaba tan nervioso que no era capaz de hacer el nudo.
-Joven es normal que estés nervioso, es un día muy importante y muy especial, déjame que te eche una mano.- Le miraba ella con una sonrisa para calmarlo, sacude sus hombros para finalizar y le mira seriamente
-Querido esa chica te ama con todo su corazón, no la vayas a hacer daño, cuida de ella. Una chica así no la hay, ella es especial.- con una sonrisa asintió con su cabeza. -En un rato seremos marido y mujer, nunca me he sentido tan vivo como me siento con ella. Vámonos que no quiero hacerla esperar más.- agarró el brazo de la diseñadora hacia cubierta donde se encontraba el capitán.

El barbero se dirigió a recoger a la novia al camarote de la diseñadora que estaba esperando. Cuando abrió la puerta ella estaba frente al espejo observando el vestido, algo nerviosa por el momento.
-¿Señorita Mikasa? Vengo a buscarte para llevarte a cubierta, tu futuro marido te espera ¿nerviosa?- con una sonrisa le tendía su brazo para llevarla ante el momento más importante de su vida. -Sinceramente estoy tan nerviosa que me tiemblan las piernas.- con una sonrisa nerviosa agarraba el brazo del caballero que la llevará hasta el amor de su vida.

Caminaba ja joven y preciosa Mikasa ackerman, con una sonrisa al ver a su prometido soltando el brazo de su acompañante y agarrando el brazo de su amado hasta el capitán. Hacia una tarde perfecta y la gente que había en ese instante en cubierta se acercó para ver la ceremonia, en un par de horas llegarían a tierra junto con la puesta de sol. Los dos jóvenes se miraron con brillo en los ojos y una sonrisa acompañado de una caricia de complicidad. El capitán se disponía a oficiar la ceremonia.
-Señoras y señores, con el mar de testigo, seremos testigos de la unión de los jóvenes Mikasa y Eren, ambos están aquí por voluntad propia y el amor los llevó hasta aquí y ahora.- después de leer todos los artículos de las leyes que los cónyuges tienen que cumplir da paso a los botos.
- Te conozco desde niños y crecimos juntos, mi mejor amiga, mi compañera, mi apoyo, eres la razón por la que merece la pena querer vivir y existir.- tomaba la mano de su prometida mirándola a los ojos. -Las circunstancias me llevaron a ti desde niños, me enseñaste a vivir y a ser fuerte, contigo he crecido y conocido el amor y lo que significa proteger y cuidar a la persona que amas.-
El capitán procedió a ir terminando la ceremonia. -Eren y Mikasa ¿os aceptáis como esposos en la salud, en la enfermedad y en la adversidad hasta que la muerte os separe?.- ambos asistieron con la cabeza -Sí, acepto.- confirmando ambos su unión. -El poder que me fue otorgado yo os declaro señor y señora Jaeger. Podéis besaros.- El capitán sonreía a la pareja recién casada.

Con el sol callendo y el cielo tornandose violeta, azul oscuro, se encendieron farolillos que ascendían al cielo, sonaban violines y bailaron juntos una pieza de música que tocaban para ellos. Muy pronto llegarían a puerto, rumbo a una nueva vida donde tendrán que esconderse para poder tener tranquilidad y no estar en peligro. Ambos fueron a cambiarse de nuevo y recoger sus cosas para desembarcar, tomados de la mano esperaban el momento para que iniciase el desembarque. Agradecieron a las personas que les ayudaron a que su unión fuera posible y devolvieron lo prestado.

Estoy a tope de inspiración, muchas gracias a todos por el apoyo, por leer. Cuando estéis leyendo esta parte la siguiente ya se está escribiendo o ya se habrá escrito <3 dejadme en los comentarios vuestra opinión sincera

El otro camino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora