Jennie será entregada a Lisa, una omega hembra león que consta con una vida y carrera experimentada, como para que ahora venga Kim, una mocosa hormonal de veinte años a exigirle sumisión a ella, una omega de treinta, cuando a sido ella quien hace su...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lisa quería que la tierra se la tragara o ella tragarse a la tierra para así poder detener las horrendas nauseas que le han surgido de la noche a la mañana sin justificación alguna.
Lo que se asentaba en su estómago, lo termino de echar a la hora en el escusado. Ya estaba cansada y eso que solo llevaba una semana con ello.
También sentía antojos muy peculiares, que rara vez la llevaban a vomitar. Le gusta la cara estupefacta de su secretaria cuando le llama para que le pidiese tal alimento que terminaba en un revuelto como un guacamol.
Ella le comentaba que era toda una bárbara al hacer eso, pero no lo podía evitar, le encantaba. Había algo que se lo pedía y ella quería complacer ese algo.
— Sooyeon, cállate — dijo Lisa a su secretaria que le arrullaba como una bebé mientras le acariciaba la espalda.
De rodillas frente al inodoro devolvió la merienda de hace media hora.
Estando en su oficina al menos tenía a la parlanchina de Sooyeon que me sirve de consuelo y de compañía en tan lamentable situación.
Aún seguía molesta con Jennie, ya hace una semana de eso y todavía no la perdonaba. Su orgullo como Leona era algo que se tenía que reparar de a poco no de inmediato, como pareja de Jennie se había enfrentando a muchos comentarios mordaces por la diferencia de edad entre la dos.
Pero ¿ella tuvo opción?.
No, por supuesto que no.
Solo un decreto firmado que le cedía a una Joven Alfa como esposa, no renegó ni mucho menos la rechazó por que al fin de cuentas terminó enganchada por Jennie.
Los cometarios surgieron de ello, y las dudas también. Jennie es joven, guapa y con un futuro espléndido, por esa razón muchos Omegas jóvenes de su edad coquetean con ella. Mientras que Jennie está sujeta a un acuerdo firmado, que le negaba la posibilidad de gozar de su libertad y experimentar el placer de la juventud.
No quería mencionarlo pero Jennie merecía conocer personas jóvenes, no tenía porque ella interferir o enojarse como el día que actuó tan inmaduramente.
Se avergüenza de su complejo, lo hace. Pero también está molesta, por que, no lo sabe. Puede sentir perfectamente el llamado de Jennie a través del lazo para que vuelva, y se rehusa a hacerlo.
Por mucho que ame y extrañe a Jennie, ella merecía ser respetada y saber el jodido lugar que tiene al lado de Jennie.
Es su esposa. Ella tiene que estar por encima de cualquier otro macho o hembra Omega. Porque Jennie es suya, su Alfa.
La hembra Alfa que fue entregada a Lisa. Solo a ella.
Un gruñido vibró en su pecho, asustando a su secretaria que le ayudaba a acomodar su vestimenta. Comenzó a asistir al trabajo aún si tenía la orden de Jennie de en no asistir, pero no es como si ella tuviera voz y voto en esos momentos.
