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Seungmin en su ida a casa, sonrió al pensar en esa cara, en esa sonrisa que transmitía paz, la tranquilidad que quería. No quería dejar de pensar en lo muy lindo que era Christopher, ¿acaso había salido de un cuento de hadas? Quería gritar y expresar toda esa felicidad que sentía dentro, estaba feliz, se sentía feliz en ese mundo.

Por solo segundos, había olvidado a Minho. Habían pasado solo horas desde que había llegado a este mundo, sentía que aquella diferencia que existía entre un mundo de Fantasía y el real, dolía. Porque alguien con mucha imaginación, sabrá que el mundo de fantasía es mejor.

Porque la realidad siempre ha sido cruel, pero Seungmin disfrutaba pensar que dependía del tipo de vida. Y aún así siendo "millonario" no se sentía bien, no negaba que extrañaba a lo que estaba acostumbrado. Lo "pobre", el abuso, el dolor. Lo que lo hacía el era todo eso, porque siempre vivió en aquello. Y lo aceptaba, porque era normal al final de todo.

Caminaba lentamente por el gran jardín de su patio, árboles elegantes que parecían ser perfeccionados cada cinco segundos; pasto simple, pero cortado perfectamente. Detalles que Seungmin, tomaba en cuenta, y que probablemente escribiría luego de volver a su mundo.

Su sueño era ser escritor, escribir historias fantásticas, historias que disfrutaba solo para salir del mundo cruel y doloroso.

Se sentía raro, sentía aquella adrenalina en el estómago, la misma que cuando estaba con Minho. Pero no era la misma vibra, lo sabía, no era el mismo chico. Era Christopher, obviamente.

Sonrió un poco al recordar aquella voz que lo sacó de su cabeza revuelta, por cosas realmente agotadoras. Aunque no hay hora en la que Seungmin no sobrepensara, pero dolía saber que no estaría Minho para consolarlo en sus brazos, que no sería el mismo Minho al besarlo; abrazarlo.

Se iba acercando a la puerta principal, pero no quería hacer un escándalo, se espanto al escuchar las voces de los Lee cerca de la puerta. Estaban por irse, caminó rápidamente para ocultarse, pero la puerta se había abierto, dejando ver a Minho.

Lee lo había visto y corrió tras de él, aunque Seungmin no quería verlo, estaba escapando fuera de la gran mansión solo para evitarlo. Pero se había agotado, Minho había agarrado su muñeca con delicadeza y lo había acercado a el. Agarrando su pequeña cintura con ambas manos.

—¿A dónde has ido? —preguntó, mientras sentía el olor de otra persona—. Veo que estuviste con otro alfa, ¿quién era, Kim?

—Solo déjame, Minho. No quiero hablar —respondió Seungmin, mientras intentaba alejarse, pero el agarre de Minho se hacía cada vez más duro.

—¿Con quién estabas? —preguntó otra vez, dándole esa mirada seria que tanto espantaba a Seungmin.

—Con nadie, Lee. Con nadie —Seungmin desafió, con tan solo su tono de voz.

—¿Con quién mierda estabas, Kim Seungmin? —levantó la voz, mientras los ojos del pequeño Seungmin se cristalizaban.

Se dió cuenta de lo muy rudo y dominante que era este Minho, no dolía, pero saber que este Minho era agresivo, lo hacía sentir como su realidad. Pero siendo realistas, era malo, muy malo dentro del corazón de Seungmin. Porque Minho nunca le gritaba y tampoco le levantaba la voz, porque comprendía lo muy sensible que era.

Quería huir de allí, el agarre empeoraba cada vez más y aquellos ojos serios, se volvían oscuros y profundos como esta noche. Seungmin no podía mentir, ¿pero cómo se salvaba de esto? Había estado con otro alfa, no era nada malo, suponía él. Porque seguro que Minho si había estado con otro omega, y lo sabía.

Aquel olor podía percibir, y sabía muy bien que no era de él.

—¡Solo choque con alguien! No sabía que era alfa, ¿contento? Quiero entrar a casa—exclamó el menor, mientras miraba a Minho completamente enojado.

Sin darse cuenta, había soltado lágrimas, esas lágrimas de dolor. Había arruinado su traje, estaba lleno de tierra y algunos rasguños. Minho había arruinado su noche con tan solo su enojo, o quizás fue su tono de voz. Se sentía sensible, con cualquier roce sentía desvanecerse en el piso y sabía que en cualquier momento caería derrotado en el piso.

Minho lo sabía, pero no dudo en acorralarlo a la pared y ahogarlo con dulces, intensos e impulsivos besos del infierno, esos que Seungmin disfrutaba, pero aquellos que Minho daba para olvidar todo. Los sonidos obscenos audibles, lograban excitar de cierta manera a Minho. Finalmente sus lenguas iban al vaivén de la noche, ir con rodeos era mucho, estaban comiéndose fuera de la mansión Kim.

A Minho le gustaba ser realista, estaban en un lugar muy expuesto, y eso le encantaba. Empezó a desabrochar el corset de Seungmin, mientras se separaba un poco del sonoro beso, para morder el labio inferior de Seungmin y sacar un leve gemido de él.

Sonrió al ver a Seungmin con sus mejillas ardiendo, con el pecho levemente subiendo y bajando por falta de aire. Deshizo los botones de más arriba de la camisa de Seungmin, y la abrió para encontrarse con su cuello. Minho lamía, besaba y marcaba el cuello de Seungmin, algunas marcas rojas y medio moradas ya aparecían.

Largos suspiros eran la respuesta de Seungmin a todo eso, pero necesitaba parar. El viento había enfriado su cuerpo un poco y quizás no era el lugar apropiado para follar en simples palabras. Seungmin sabía el plan, pero no negaba que quería, pero ¿ahora?

—Dejaré eso de lado, Seung. Es tarde y debes descansar, me quedaré a dormir contigo, mi bello príncipe —informó Minho, mientras le daba un beso en la frente.

—Creí que te irías con tu madre —respondió, mientras hacía el intento de regular su respiración.

—No quiero estar en casa, y solo quiero estar a tu lado —Minho sonrió, mientras abrazaba a Seungmin.

Seungmin sonreía, pero dudaba de cómo se sentía. Siendo realistas, no estaba mintiéndose a si mismo, pero obviamente no sería esa sensación si no estaba con el mismo Minho. Aunque hablando seriamente, le encantaba que Minho tuviese un lado así.

Se separó del abrazo y dejaba besos por toda su cara, no pudo evitarlo y solo dejaba picos en sus labios. Minho sonrió juguetón, mientras tomaba la mano del menor y lo llevaba por la puerta trasera de la casa. Era difícil acostumbrarse a este mundo, más si solo ha estado horas aquí.

Pero Kim no olvidaba aquel hombre de la noche, el hombre de los hoyuelos más bellos. No pudo evitar pensar en cómo se vería con Christopher, desde el primer momento en que lo vió, supuso que era para el. Si una belleza así no se encontraba en todos lados, se sintió raro cuando estaba allí con el. Pero todavía más con Minho ahora.

Probablemente ahora Minho lo ayudaría a darse un baño, porque detestaba el olor a otro alfa. Se darían un par de cariñitos antes de ir a dormir y finalmente caerían dormidos abrazados como cualquier día que se juntaban. Se amaban, pero el corazón de ambos lo sentían lejos, sus corazones decían lo contrario.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2023 ⏰

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Cool with you  /  /  ChanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora