Capítulo ★ ocho.

355 30 2
                                    

Taehyung siguió a Jungkook por las escaleras; su gran mano envolvía la suya

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Taehyung siguió a Jungkook por las escaleras; su gran mano envolvía la suya. La manera que tenía de asirlo era tan ligera y cálida que, de alguna manera sutil pero física, lo hacía sentir que estaba a sus órdenes.

No quería pensar en lo mucho que a su cuerpo le gustaba el de él. Cómo sus órdenes conseguían que se le acelerara el pulso y notara calor en su pelviy. No quería reconocer la batalla mental que seguía librando a cada momento. Si pensaba en eso quizá lo pararía todo. Le pondría punto final a la historia.

Era mejor seguir adelante. Entregarse, como había dicho él. O, al menos, intentarlo. Le gustaba demasiado para pararlo. Sabía que se encontraba en una especie extraña de negación. Fingía que esto era solo una perversión, que no significaba nada más, ni de el, ni del modo en que Jungkook lo hacía sentir.

«Sí, no es más que sexo y ya está. Es una respuesta puramente física. No tiene por qué tener sentido.»

Su dormitorio estaba iluminado con una luz tenue procedente de una lamparita colocada sobre la cómoda, que proyectaba una luz dorada sobre la gran cama. Recordaba la sensación de las sábanas limpias y almidonadas y su piel desnuda junto a la suya.

Su interior ardía de deseo.

«Muy pronto.»

Jungkook se volvió y lo miró. A tan corta distancia Taehyung se dio cuenta realmente de su gran tamaño y altura y de la amplitud de su pecho. Bajó la vista a los tatuajes en sus brazos. ¿Qué tenían que le hacían parecer algo malvado y erótico a la vez?

— Taehyung, estate atento.

Jungkook le levantó la barbilla y lo sujetó con la mano con firmeza, para que supiera que estaba allí, que él era el que estaba al mando. De eso no había duda. Aunque con él nunca la había.

Taehyung se dio cuenta de que, salvando las distancias, Jungkook era el primer hombre que conocía y que controlaba más que el. Tal vez se debiera a esto la atracción descontrolada que sentía por él, así como su habilidad para entregarse.

Entonces lo embargó una sensación de miedo y de resentimiento.

«No pienses.»

— Tae, necesito que te concentres. Que estés aquí conmigo.

El miró esos penetrantes ojos azules.

— Estoy aquí.

Jungkook entrecerró los ojos, estudiándolo.

— Sí, ahora sí. Mucho mejor.

Jeon bajó la mano, retrocedió un poco y Taehyung pensó que le diría que se desnudara, como hizo la última vez. El corazón le martilleaba y sentía una oleada de nerviosismo ante la expectativa y el esfuerzo por no pensar en nada y resistirse a diseccionar lo que estaba pasando.

Sin decir nada, se acercó a Taehyung y empezó a desnudarlo suavemente y muy despacio; el temblaba al notar sus manos. Su mente empezaba a ponerse en blanco; no podía hacer nada al respecto. No recordaba qué era lo que había estado intentando discernir momentos antes.

the limit of pleasure ★ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora