The Proposal | Seho

Capítulo 2: Sunflowers

—Voy a ir a prisión... no tengo ₩350.000.000...— se lamentó Sehun, su voz temblaba con un dejo de desesperación, golpeó ligeramente su cabeza contra la imponente entrada de la oficina de Inmigración, como si buscara consuelo en su inflexible fachada.

—Ya basta, no irás a prisión.— Junmyeon, absorto en su teléfono, su tono firme. —Esto es sólo temporal hasta que solucione mi visa.—

—Señor Kim, ya escuchó al abogado. Podríamos ir a la cárcel si descubren que estamos mintiendo. Esto es fraude.—

Junmyeon se burló con incredulidad.

—Mira, esto es lo que vamos a hacer. Iremos a la boda de tus amigos, actuaremos como una pareja enamorada por un tiempo o algo remotamente similar.—

Comenzó Junmyeon, sus dedos volando sobre la pantalla de su teléfono mientras hablaba con indiferencia.

—Luego volveremos, nos casaremos y después de seis meses nos divorciaremos. Mucha gente hace esto en Estados Unidos; no es tan complicado.—

—Señor Kim, es hora de que sea brutalmente honesto.— Confesó Sehun, su voz cargaba una mezcla de frustración y estrés.

—Lo desprecio tanto que a veces hasta sueño que lo atropella un autobús. Y no siento ni un gramo de remordimiento cuando me despierto. No puedo casarme usted.—

Junmyeon respondió con una conducta fría y calculada.

—No seas absurdo, Sehun. ¿Crees que me caso contigo por amor? No tengo tiempo para tal sentimentalismo.— replicó Junmyeon, con una sonrisa sardónica curvándose en las comisuras de sus labios. Se acercó hasta que sus respiraciones casi se mezclaron.

—Pero si sabes qué es lo mejor para tu carrera, cumplirás. Tengo la autoridad para darte un lugar en la próxima exposición. Sin embargo, si te niegas, deberías empezar a buscar algún museo de quinta para exhibir tu colección.— La sonrisa cínica de Junmyeon apareció en su rostro.

—¿Está claro, cariño?— Arrugó la nariz. Las palabras de Junmyeon contenían una amenaza velada, pero el gesto de conejito le dio un toque inesperado de encanto a su advertencia.

—Como cristal.—

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—Nos entrevistarán por separado, así que necesitamos al menos saber lo básico el uno del otro.— Dijo Junmyeon mientras se acomodaba en su asiento en el avión.

Sehun, reclinado con una almohada para el cuello, emitió un zumbido casual sin abrir los ojos.

Junmyeon le lanzó una mirada de reojo, cada vez más irritado por la aparente falta de compromiso de Sehun.

—¿Estás siquiera escuchando?— Preguntó Junmyeon con un tono de frustración. Suspiró con cansancio y añadió. —Te he enviado un documento con una lista de preguntas que podrían hacernos. Por favor léelo y envíame tus respuestas; No podemos permitirnos ningún error.—

—Sí, estoy escuchando.— Respondió Sehun en tono monótono.

Junmyeon, sin inmutarse, continuó. —Bueno, podríamos empezar a practicar ahora.—

Recuperó su tableta y comenzó a leer las preguntas en voz alta.

—¿Tú y tu prometido residen en la misma dirección?— Junmyeon leyó la primera pregunta. —Diremos mi apartamento. Es más grande y está más cerca del trabajo, por lo que es conveniente.—

Sehun dejó escapar otro suspiro.

—Señor. Kim, creo que nunca he sido un mal asistente con usted. He dado lo mejor de mí durante cuatro años... ¿Por qué sigue torturándome?—