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Paralyzed

POV JINSOL

¿Cómo reaccionar ante la inminente noticia de que estás muriendo?

Esa es la pregunta a la cual aún no le encuentro una respuesta concreta. Podría decir simplemente que me lo esperaba porque ya tenía un diagnostico inicial para nada prometedor, pero entonces eso me haría sentir como la estúpida más grande del planeta por ignorar los medicamentos que debía tomar para que no empeorará tan pronto, también podría tomarlo como una obra del destino, meh, ya no hay mucho que hacer, debo disfrutar lo me queda de vida hasta que terminé postrada en una cama, también puedo intentar encomendarme a algún ser divino para que milagrosamente me salvé o para que mi enfermedad no siga avanzando, o está una de las últimas respuestas a las que llegué, y a la cual me estoy aferrando sin razón alguna, ¿Por qué tengo que enojarme con todo lo que me rodea? Estoy molesta, eso es inevitable y más después de recordar mis propias acciones, pero no arreglaré nada con eso. Al contrario, solo puedo afectar a mi entorno, en este caso, a mis padres, que ya de por si se ven bastante afectados por la noticia. Puedo entender que tuvieran una pequeña esperanza de que fuera una equivocación del doctor, así como yo lo pensé, pero no, no hay lugar a duda, voy a morir.

Recuerdo perfectamente el horrible momento en que desperté en una camilla del hospital. Estuve terriblemente asustada porque no había nadie que me dijera lo que pasó, solo estaba postrada en aquel lugar, con un fuerte dolor de cabeza y rodeada de cosas blancas, incluso la bata del doctor maniático lo es. Si me lo preguntaran diría que necesita una remodelación urgente, solo le hará perder las esperanzas a quien sea que despierte de un momento para otro. Todo parece frío, tal y como el actuar y las palabras del doctor.

Con el cual parece que estoy destinada a encontrarme, porque fue la primera persona que entró a la habitación con su "interesante" cara de póker, me revisó los signos vitales antes de dejar entrar a mis padres y frente a ellos, darme el sermón más largo de toda mi vida por no haber tomado los medicamentos. Esa fue la razón por la que recaí de golpe y es la misma razón por la cual mi enfermedad avanzó más de lo previsto en poco tiempo.

Debo admitir que me enojé con él en ese momento. Le grité un poco, para la buena suerte del maldito insensible mis padres estaban en la misma habitación y me mandaron a callar antes de que continuará diciéndole hasta de qué podría morirse. En mi mente se lo merecía, porque él nunca mencionó que los síntomas vendrían como un vendaval y que me daría una bofetada de realidad, que me desmayaría después de escuchar a mi corazón romperse por milésima vez en menos de dos meses. Nadie me dijo que tendría que volver a pisar el hospital estando inconsciente y gracias a quien sabe que desconocida, solo mencionaron algo sobre una chica, pero para cuando desperté. Ella se había marchado y solo estaba yo con una intravenosa, conectada a una máquina.

Después de que me calmaran con un muy necesario grito, proseguí a devolverle el sermón, porque él me había dicho que estaría bien, que mi vida no correría peligro y que tal vez, con una cirugía, todo regresaría a la normalidad, pero no es así.

Al final, ambos somos igual de mentirosos.

Ahora, yo tengo que atragantarme de medicamentos y él, con la gran insensibilidad que lo rodea, me dijo que muy probablemente no habrá mucho que hacer.

"Ya tenemos los resultados de algunos exámenes. El tumor está expandiéndose rápido. Es muy probable que los síntomas empeoren de ahora en adelante. Se trata de un tumor maligno y no creo que tengamos mucho que hacer si llega a las arterias"