Tía mágica

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Yo tengo una tía mágica. Susi. Sí, ¡yo lo escribo así!  A mí me gusta Susi. Mi Susi.

Yo tengo una tía que construyó una infancia inmensa, eterna, llena de magia, juegos y universos donde todo lo bello era posible.

Les voy a contar de algo que hacía para Navidad. Subías los tres o cuatro escalones de la entrada y la puerta blindada de madera, fuerte y rebosante, nos recibía con una corona de Navidad. Un empujoncito y se abría de par en par un mundo paralelo... Las columnas de mármol coronando la casa adornadas con guirnaldas verdes y alguna campanita. El árbol majestuoso que llevaba a sus pies una fundita redonda verde y con renos que cubría las patas que sostenían a nuestro viejo amigo navideño (muchas veces lo armábamos todos juntos). La araña del comedor flameaba con los bastoncitos rojos, blancos y verdes, dulces y tan esperados en esa época dorada. Ahí nomás, al ladito, arriba del ventanal con vista al jardín, sobre el cortinado blanco colgaban tres medias grandes, rojas y suaves, con un animalito cada una. Una por cada sobrino, y la noche del 24 eran colmadas de golosinas... Bastaba subir la mirada para ver en una de las paredes blancas blancas que conectaban los dos balconcitos de la planta alta, otra guirnalda verde que custodiaba desde allí a toda la casa. Sus adornos eran una luna y un sol dorados. Y en la barandita de madera el carro de felpa roja con Papá Noel y sus renos. En cada mesa o rinconcito podías encontrar una burbuja de Navidad... Eran redondas, ovaladas, llenas de agua y nieve, con personajes que nos saludaban. Estaban felices de salir de los muebles y volver a lucirse por un rato.

No nos olvidemos de esas noches de colores en el jardín esperando a que se hicieran las doce. Mirar las cuatro grandes claraboyas del living esperando ver pasar el trineo y, en esa distracción, de repente el árbol se llenaba de regalos. Se llenaba de abrazos. Se llenaba de compartir.  

 Mi tía es mágica. Y seguiré contando nuestras historias, mis recuerdos bellos que acarician el alma.

La tía mágicaWhere stories live. Discover now