❦⬩𝕯𝖊𝖊𝖕𝖊𝖗 𝖘𝖍𝖆𝖉𝖔𝒘𝖘 ♛ [Kσσктαε] [+18]

Capítulo 5

Nota como le temblequean las rodillas nada más poner un pie en el campo de tiro o puede que mucho antes, los nervios llevan recorriéndole por dentro desde que se levantó temprano, hasta tal punto que le cerraron el estómago impidiéndole comer nada y ahora su tripa se queja por ese hecho.

Taehyung avanza despacio por ese lugar, mirando en todas direcciones sin llegar a centrar su atención en nada, desubicado, pegado en todo momento a la espalda de su abogado.

Va tan perdido que no se da cuenta de que están andando sobre un suelo de tierra hasta que sus elegantes mocasines destalonados, hasta ahora de un blanco marfil impoluto, se llenan de barro, mojando también sus tobillos.

—Ojj, maldita sea —protesta, poniendo cara de asco mientras se mira los pies—, ¿qué es esto?

—Un campo de tiro —sonríe Insu girándose hacia él para ver su expresión—, campo, la propia palabra lo dice.

—Que gracioso —su mueca se tuerce en un gesto de burla.

Continúa el resto del camino balbuceando cosas por lo bajo, maldiciendo a esos hombres que son los culpables de que él se encuentre allí, concretamente, dedicándole palabras desagradables a su padre, donde quiera que se encuentre en este momento, aunque cuanto más lejos esté mejor para él.

—Hemos llegado —anuncia el abogado, parándose varios pasos delante de él.

Taehyung avanza un poco más, con la vista en todo momento fija en dónde pone los pies, y cuando se detiene alza la mirada.

Mira alrededor, encontrando un vasto campo desierto donde no hay nadie, es tan solo una gran explanada de tierra con montañas lejanas al fondo.

—¿Y ahora qué? —cuestiona con impaciencia.

No le da tiempo a obtener una contestación verbal, la respuesta le llega en forma de una estruendosa sucesión de ruidos ensordecedores que suenan como pequeñas explosiones y que le hacen encogerse por dentro.

Desvía la vista hacia el punto emisor de los sonidos y, cuando descubre su origen, todo su cuerpo empieza a temblar por fuera con la misma fuerza que lo hacía su interior.

Desliza la mirada por ese chico situado de espaldas a ellos.

Sus botas de cuero negras, los pantalones ajustados de color oscuro y estilo militar que marcan a la perfección todos los músculos de sus muslos y sus duros glúteos.

La camiseta blanca de manga corta pegada a su espalda que permite ver perfectamente la definición de su dorso y de su estrecha cintura.

Sus brazos tensados hacia adelante, en una posición que le permite ver mínimamente los tatuajes que adornan todo su brazo derecho.

Puede ver, incluso, las pequeñas gotas de sudor que se deslizan por su piel y se pierden por el cuello de su camiseta de algodón, las ve con tanta nitidez que podría contarlas todas una a una si se lo propusiera o, mejor dicho, si su acelerado corazón le permitiera centrarse en ello.