Él

4 0 0
                                    

Siempre se me dijo que la música no te llevaba a ningún lado. Que la única clave del éxito era tener un trabajo estable con un buen salario. Asi que eso hice.

Estudiaba y tenía muy buenas calificaciones, sin descuidar lo que más amaba.

Cuando tenía 18 años, a punto de escoger algo a lo que me iba a dedicar para siempre, recibí mucha presión y hablé con mis padres. Los 2 me dijeron que podría tomarme un año sabático, me dieron de limite 2 meses para poder encontrar un trabajo o taller para poder salir y tener algo que hacer.

Con mi hermano, que también se tomó un año sabático nada más porque si, empezamos a jugar con algunos de los instrumentos que teníamos ahí. La guitarra y el violonchelo eran campo mío, la guitarra eléctrica y el piano eran campo suyo. Empezamos a tratar de coordinarlos, algo casi imposible porque era difícil manejar dos instrumentos al mismo tiempo, pero nos arreglamos para eso.

Al poco tiempo después, comenzamos a escribir canciones. Nos presentábamos en bares de manera gratuita cantando nuestros propios temas y algunos de otros artistas. No teníamos un set muy definido.

Un día le conté a mi mejor amigo toda nuestra aventura y decidió embarcarse. Él tocaba el violonchelo, yo la guitarra y mi hermano el piano, ocasionalmente, también la guitarra eléctrica. Los tres nos turnábamos para cantar.

Luego de seguir prestando nuestros servicios, nuestras canciones comenzaban a pegar y la gente iba a vernos, muy pocos, pero por algo se empezaba. Asi que algunos de los bares comenzaron a pagarnos, además de nuestras diarias propinas. Cada vez iba aumentando más. Pero todos pedían temas nuevos. Temas nuevos de nuestra banda.

Cuando escribes algo por gusto propio, expresándote, te sale mejor que cuando te lo están exigiendo. Buscábamos la fama y el escribir canciones iba a ser lo que nos la iba a dar, sin embargo, no sabíamos de qué escribir. Todos los temas están explotados. El amor, el desamor, la perdida, la tristeza, la felicidad, todo. No sabíamos qué hacer.

Dos mitadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora