"Esta es la historia de un par de amantes cuyo amor va más allá de la mortalidad..."
One-Shot
Hyunlix
Romance | Fantasía
Advertencias: descripción de violencia, asesinatos, palabras soeces, vampiros, reencarnación.
Abstenerse de leer y reportar. Si...
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"En esta noche desastrosa, pago el precio por quererte.
¿Cómo podría no hacerlo?
Si cuando me tocas, mi corazón tiembla de emoción.
Tú, que trajiste el cielo, siempre serás mi favorito."
Hace mucho que no se sienta en este parque a solamente disfrutar del hermoso paisaje y del resonar de las aves. A dedicar su infinito tiempo al simple y complejo acto de existir. Nada más. Cuando sus ojos observan a su alrededor, puede notar como las personas siguen yendo y viniendo, acelerados y sumidos en sus efímeras existencias.
Sin darse cuenta, su mirada ambarina se pierde en el vasto firmamento que ya se ha pintado de tonos oscuros y profundos naranjas, mientras que las primeras estrellas hacen su majestuosa aparición. Sus labios se curvan en una minúscula sonrisa ante la hermosa y rara vista.
Tal y como siempre sucede cada vez que piensa en él.
Cada vez que observa el cielo cubierto de aquellos astros brillantes, puede recordar a detalle la galaxia que decoraba el hermoso rostro de su único amor. Siendo esta la principal razón de que visite este parque; tan solo para dedicarse a observar las estrellas.
Para pensar en él.
Para embeberse de su recuerdo y de los momentos que compartieron.
Siente el momento en el que alguien más se acerca con cautela y escucha una voz sumamente profunda preguntarle si es que acaso le molesta que se siente a su lado. Se limita a negar en respuesta; poco interesado en hacer contacto visual con su repentino acompañante.
A pesar de ello, hay algo en su interior que le impulsa a mirarle de reojo.
Es un joven universitario que aparentemente acaba de terminar sus clases del día. Está bebiendo café con una pequeña sonrisa en sus labios, acompañado de un brownie que devora con energía. Todo esto mientras, y al igual que él minutos atrás, libera su mirada en el cielo que ahora se encuentra plagado de estrellas.
Lastimosamente, no puede admirar del todo su rostro y no entiende tampoco el súbito deseo de hacerlo. En todo caso, su cabeza se encuentra cubierta por la capucha de su abrigo, lo que convierte su deseo en algo imposible por el momento. Entonces, dirige su mirada al vaso de café medio vacío y que tiene un nombre escrito, adornado con lo que parece ser un pequeño sol brillante.
Yongbok, reza la juvenil caligrafía.
Por alguna extraña razón, vuelve a sentir a su corazón latiendo a un ritmo desenfrenado después de 480 años de haber muerto, más o menos. Y eso solo lo había sentido una vez, casi un siglo atrás. Cuando su eterna existencia era bañada por cálidos rayos solares provenientes de una hermosa sonrisa y encantadoras mejillas pintadas.
—Supongo que te hice esperar demasiado, ¿No? Ni siquiera quieres verme o hablarme.
Y Hyunjin sonríe como un niño, sabiendo que su amor eterno ha cumplido su promesa. Esa que le hizo al abandonar por primera y última vez esta tierra.
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